jueves, febrero 27, 2014
Squadra Eterna
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Mucho se habla del carácter ganador de un gran líder, el ejemplo a seguir en el vestuario, los galones de un tipo que con su manera de actuar, se gana el respeto de sus compañeros y por ello es elevado a los altares de un equipo. Bien es cierto, que hace algún tiempo se consideraba al jefe a aquél que más gritaba dentro del vestuario, quien más gesticulaba o quien más corría dentro del rectángulo de juego, se vienen a la cabeza algunos ejemplos clarísimos, a nivel nacional creo que Fernando Hierro o Camacho para el Real Madrid y la selección era el prototipo perfecto de lider que acabo de describir, o Luis Enrique y Hristo Stoichkov en la Ciudad Condal, a nivel internacional se me ocurren otros nombres como Roy Keane, Franco Baresi o Dunga en la canarinha, pero como en todo, el fútbol ha evolucionado.
Los años nos han ido haciendo cambiar de idea de como tiene que ser este gran líder carismático. No quiero decir con este texto que el perfil que he descrito en las lineas anteriores se haya extinguido, eso es algo muy primario y creo que permanecerá en esto del balón para los restos, pero lo que sí que es cierto, es que han nacido una serie de figuras que se han convertido en líderes dentro del vestuario precisamente por todo lo contrario, bien sea por su timidez, por su humildad o por su calidad tanto futbolística como humana, estos personajes se han convertido en mediáticos y 'jefes' por eso mismo.
Unos cuantos ejemplos se nos vienen a la cabeza, el primero al que quiero mencionar y de mayor importancia en nuestro palmarés, no puede ser otro que el gran Andrés Iniesta, obviamente su calidad es determinante en el caso del manchego, pero es cierto que su humildad es tal que cuando ha intentado sacar los pies del tiesto en aquel rifirrafe en el que mandó callar a Cristiano, algunos ni nos le podíamos tomar del todo en serio.
Otro de estos jugadores que jamás alzó la voz fue David Beckham, es verdad que en su caso concreto su liderazgo está apoyado en algo extradeportivo como es su debilidad por la moda y las portadas, pero no es menos cierto que se ajusta a la exigencia del título de nuestro artículo. Su forma de ser le sirvió para ser un líder en Manchester, aunque no tanto en Madrid, donde coincidió con gente de un nivel mucho más alto.
Otro caso evidente y debilidad personal, Juan Carlos Valerón, quien con su forma de ser y por supuesto, una calidad varios escalones superior a la de la mayoría, se erigió en el guía de un proyecto deportivo allá por el noroeste de la península.
Por último, me gustaría destacar a alguien quien se ha convertido en líder por su humildad, por su forma de hablar y sus pocas ganas de protagonismo inmerecido, sin ni si quiera estar dentro del rectángulo de juego, me refiero a Vicente Del Bosque, de quien no entro a valorar sus dotes como entrenador, sino más bien como gestor de grupos y en eso creo que no hay duda de que es de los mejores del mundo.
Así son, ni una palabra más alta que otra, ni una polémica a su alrededor, pero en los vestuarios tienen un peso específico. Humildad por bandera, calidad y talento como forma de vida. Estos son algunos de nuestros líderes silenciosos.
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