El conocerse a sí mismo exige que sean reconocidas la conciencia y la percepción - ambas facultades limitadas en la relación a todo sujeto excepto Parabrahman. De aquí el "El Hálito eterno para sí mismo ignoto".
La Infinitud no puede concebir lo Finito. Lo Ilimitado no puede tener relación con lo limitado y lo condicionado. En las enseñanzas ocultas, el Motor Desconocido e Incomprensible, o el Existente por Sí Mismo, es la Esencia Absoluta y Divina. Y así, siendo Conciencia Absoluta y Absoluto Movimiento -para los sentidos limitados de los que describen lo que es indescriptible- es inconsciencia e inmovilidad.
La conciencia concreta no puede ser atribuida a la conciencia abstracta, como no puede atribuirse al agua la cualidad de humedad, desde el momento que la humedad es su propio atributo, y la causa de la cualidad húmeda reside en otras cosas. La conciencia implica limitaciones y calificaciones; algo de que ser consciente, y alguien que sea consciente de ello.
Pero la Conciencia Absoluta contiene al conocedor, a la cosa conocida y al conocimiento; los tres en sí misma, y los tres uno. Nadie es consciente más que de aquella porción de sus conocimientos que recuerde en cualquier tiempo dado; pero, tal es la pobreza del lenguaje, que no poseemos término alguno para distinguir el conocimiento en que no pensemos activamente, del conocimiento irrecordable. El olvidar es sinónimo del no recordar. ¡Cuánto mayor no debe de ser la dificultad de encontrar términos descriptivos y diferenciales de los hechos abstractos y metafísicos!
No debe olvidarse tampoco que nosotros damos nombres a las cosas según sus apariencias. A la Conciencia Absoluta la llamamos "inconsciencia", porque nos parece que debe ser necesariamente así; del mismo modo que llamamos a lo Absoluto "Tinieblas", porque para nuestro entendimiento finito resulta por completo impenetrable, y, sin embargo, comprendemos plenamente que nuestra percepción de semejantes cosas no se ajusta a las mismas.
Involuntariamente distinguimos, por ejemplo, entre la Absoluta Conciencia inconsciente y la inconsciencia, atribuyendo en nuestro fuero interno a la primera alguna cualidad indefinida que corresponde, en un plano más elevado de lo que podemos concebir, a lo que conocemos como conciencia en nosotros mismos. Pero esto no tiene nada que ver con ninguna clase de conciencia que podamos distinguir de lo que se nos representa como inconsciencia.
La REVELACIÓN DEFINITIVA del Conocimiento Hermético que el mundo necesitaba recuperar. La Cuna del Taroth, escrito para la comprensión del intelecto, sin imponer dogmas ni creencias. Para Iniciados y neófitos que deseen conocer las Leyes Universales completas, con un texto libre de ocultismos. Los Ocho Kybaliones es el "Santo Grial" que Templarios y Cátaros protegieron durante milenios, así como Rosacruces, Masones, Teósofos, Antropósofos, Gnósticos y Esoteristas diversos conservaron en retazos. Con esta obra, queda completo y reunido el Corpvs Hermeticvm que todo Ser Humano debe conocer, y más aún si es político, religioso o investigador científico, ya que mediante esta Tabla Metafísica puede comprenderse a Dios y observar su Grandeza sin delirios místicos.
Gabriel Silva
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