Antonio Guzmán Blanco en su rol de presidente de Venezuela, ha otorgado a ciudadanos norteamericanos concesiones en las minas cercanas a las bocas del Orinoco. Toma medidas ofensivas para Inglaterra. ¿Cuál es el objetivo de Guzmán? Lo podemos inferir de la comunicación que envía a Silva, cónsul en Nueva York, el 19 de agosto de 1887 sugiriendo que Venezuela envíe tres o cuatro mil hombres para expulsar a los ingleses de Guayana. Este acto produciría la guerra y llevaría a un bloqueo inglés de los puertos de Venezuela y al desembarco de tropas inglesas. «Esto obligará a los Estados Unidos a venir a la defensa de Venezuela y resolver así un fastidioso problema». Guzmán Blanco confiesa al cónsul que este plan fue el suyo hace cuatro años, pero que «en mi condición de Presidente de la República no creí conveniente proponerlo». Pero ahora, como diplomático, puede hacerlo. Esta confesión está dando la razón a los diputados que interpretaron como actos de provocación las hostiles posiciones de Guzmán ante Inglaterra, llegadas incluso a la ruptura de relaciones, y muestra que la aspiración de Guzmán es, tras remover a los ingleses del Orinoco, entregar ese río a los Estados Unidos, que indefectiblemente alcanzarían «hasta el remoto Plata», como escribe. Estamos ante el enésimo intento de anexión de América del sur a la potencia norteamericana. Para los venezolanos, lee r la correspondencia que sigue es como levantar en un jardín una piedra y descubrir un mundo de insectos fotófobos que llevan una vida propia que nadie imagina.
Endeudando con objetivos
En Venezuela se ha producido un hecho: el «Mocho» Hernández se alza en armas contra el Presidente Andrade, puesto en la silla por Joaquín Crespo mediante un fraude electoral. Crespo debió salir a defender a IgnacioAndrade, su hechura. La pelea contra el Mocho” es pelea de tigre con burro, Crespo es un caudillo de los de antes, el Mocho un soñador, pero hete aquí que en el sitio de La Mata Carmelera, un francotirador mata de un balazo a Crespo. Era marzo de 1898. La muerte de Crespo figura en la historia de Venezuela de manera muy secundaria, atendiendo a lo que fue en vida, un caudillo, si, pero sobre todo un cuidón de Guzmán Blanco. Pero es engañoso el aspecto, sobre el cadáver y el verde y bonito paisaje llanero que le sirve de marco, se está quebrando un mecanismo nacional y otro internacional. Lo describe el embajador británico en Caracas, Haagard, en cartas que darán base a un libro de Miriam Blanco Fombona de Hood, Diplomacia con cañones. El diplomático inglés está indignado, el centro de su indignación lo forman el embajador norteamericano Francis Butler Loomis y el presidente Ignacio Andrade, y los tratos en que están para endeudar a Venezuela.
Si, mientras en París están reunidos los delegados norteamericanos e ingleses que llegarán al Laudo famoso por su injusticia, en Venezuela intercambian zancadillas.
«Los intereses de Venezuela están totalmente supeditados a las exigencias de la política en Estados Unidos…Hay un deseo de obtener para Estados Unidos el mismo tipo de influencia en Sudamérica que Inglaterra ejerce en La India», informa.
Sí, se está golpeando la independencia de Venezuela. En los retratos, el embajador Loomis aparece flaco, desgarbado, malicioso, se corona con un pumpá. Ha sido jefe de prensa del presidente William McKinley en la última campaña electoral. Tras triunfar, McKinley lo nombró ministro plenipotenciario de Estados Unidos en Venezuela. Llegó a La Guaira el 21 de agosto de 1897.
Nuevas cartas del embajador Haagard expresan su disgusto: 1898, octubre 2:
«Los préstamos que gestiona Andrade con Loomis dan participación también a Manuel Antonio Matos, Presidente del Banco de Venezuela. Seguramente serán por 10 millones de libras respaldados por las aduanas, que serán administradas y supervisadas por empleados de Estados Unidos. Estados Unidos ejercerá prácticamente un protectorado sobre Venezuela, ha traicionado a Gran Bretaña en los tratos del laudo. Ocho millones se dedicarían a la conversión de la deuda pública de Venezuela. Los otros dos millones quedarían a disposición del Gobierno….Dificultad de que el congreso apruebe el empréstito».
Una primera expresión a detallar es «ha traicionado a Gran Bretaña». Obviamente es Loomis, en representación de los Estados Unidos, quien ha hecho esto. La frase «En los tratos del laudo» significa que mientras británicos y norteamericanos se supone juegan limpio entre ellos en el Tribunal reunido en París para discutir el tema y la posesión de la Guayana esequiba, la maniobra de Loomis aseguraría un dominio estadounidense de Venezuela independientemente de la decisión que se tome sobre el Orinoco. Continuará.