La suma del tiempo que nos devora
enredándonos todos los minutos
punto de intersección donde convergen
todas nuestras esferas de fuego.
En esa relatividad de la vida
que irradia espectros
en la pantalla de un inmenso agujero negro;
esperpénticas trayectorias de asteroides
sin rumbo, conjunción desajustada
que se inmola sobre sí misma
inmersa en un agónico sistema binario
deshecho en refutaciones vanas,
impiden
todo el fluir de nuestros universos.
Filoversando en Nod y versos cuánticos, ediciones Evohé. (Premio Torremozas 2006)