Fecha del viaje: Abril 2015
Nuestro alojamiento se encuentra tan sólo a unos pasos del lago Bled. Es este un lago glaciar que se encuentra situado a los pies de los Alpes Julianos.
Mientras esperamos al encargado que nos abra la casa, tomamos un café en el bar de al lado. A los veinte minutos aparece y nos deja las llaves pues somos los únicos que se hospedan en esta preciosa casa de madera.Que bien, tenemos una vista del lago Bled!
Dejamos nuestros bártulos y emprendemos camino para hacer un paseo alrededor del lago, son tan sólo unos pocos kilómetros y aunque está un poco nuboso, es temprano y aprovechamos para pasear sin apenas turismo. Realmente es agradable.
Una vez llegamos a la zona donde se alquilan las barcas, aprovechamos para coger una que nos llevará a la pequeña isla del lago donde se encuentra la Iglesia de la Asunción. El barquero a base de remo va avanzando y en unos minutos llegamos.
Aquí podemos parar una media hora aproximadamente y accedemos a través de 99 escalones para llegar a la Iglesia de la Asunción.
Apreciamos las vistas y a lo lejos divisamos el Castillo Bled a donde iremos una vez terminado el recorrido por el lago.
Volviendo con la barca y con los pies ya en tierra firme, acabamos de rodear el perímetro y vemos ya más afluencia de turismo paseando.
Nos tomamos el típico Kremna Rezina, el pastel más popular del país y que puede tomarse en varias versiones, pero es en Bled donde son especialistas en elaborar tan rico postre. Delicioso.
Nos dirigimos hacia el Castillo que se encuentra en un acantilado de 130 metros de altura y por el que hay que subir unos cuantos peldaños hasta llegar a su cima. Desde lo alto de la fortaleza medieval podemos apreciar una panorámica espectacular.
El castillo alberga un museo, una vinoteca, una imprenta y tienda de souvenirs.