Como véis, el color negro era el que más de moda estaba, inspirando sobriedad y elegancia. Por tanto, los LBD eran la tendencia más seguida. Tejidos como el tweed que Chanel sacó para hacer sus míticos trajes de chaqueta, eran los favoritos en los armarios de la época (y aún siguen siéndolos).
Los 50 aún siguen inspirando, no pasarán nunca de moda por muchas décadas que pasen.
