Revista Belleza

Esos dientes manchados...

Por Sante
Cuando brotan los dientes definitivos, por lo general vienen protegidos por un esmalte blanco y nítido. ¿Qué le sucede con el tiempo a ese esmalte que va perdiendo su brillo y tornándose amarillento? Y... ¿qué podemos hacer para evitar  que se manchen los dientes? Continua leyendo que te contamos...
Entendiendo la estructura del diente
Las manchas que aparecen en la superficie del diente se llaman manchas extrínsecas, y se producen como resultado de consumir bebidas y alimentos con colorantes, fumar y el desgaste diario.  Las manchas extrínsecas más superficiales se pueden eliminar con el cepillado y una pasta blanqueadora. Las más resistentes, requieren un mayor esfuerzo, como un tratamiento de blanqueamiento en la consulta del dentista. Si no se eliminan adecuadamente, las manchas pueden penetrar totalmente el esmalte, pasar a la dentina e incrustarse allí.
Cuando las manchas se forman en la parte interna del diente se llaman manchas intrínsecas que se originan por traumas (golpes, accidentes),  por envejecimiento, exposición a sustancias o medicamentos como la tetraciclina durante la formación del diente, o a una ingestión excesiva de fluoruro (flúor).  En el pasado, se consideraba que no era posible corregir las manchas de este tipo, pero en la actualidad los expertos en odontología cosmética cuentan con diferentes tratamientos para mejorarlas.
Estas son las causas más comunes de las manchas de los dientes:
Edad: hay una correlación directa entre la edad y la coloración del diente. Con los años, el esmalte se oscurece debido al uso y al desgaste diario y continuo, así como a la acumulación de las manchas.  Los adolescentes que reciben tratamientos de blanqueamiento obtienen resultados inmediatos y dramáticos. En los 20, ya los dientes comienzan a mostrar una sombra amarillenta y el blanqueamiento requiere un poco más de esfuerzo.  Ya a los 40, la sombra amarillenta va tornándose más parda (carmelita o café) y se requiere más mantenimiento para mantener una sonrisa blanca.  A partir de los 50, los dientes han absorbido una diversidad de manchas persistentes que se vuelven más difíciles de quitar.
Genética: cada persona nace con un tono de esmalte particular, más claro o más oscuro.  Otras tienen un esmalte más opaco o más traslúcido.  Las personas con esmaltes más opacos y gruesos tiene una ligera ventaja sobre las demás: sus dientes parecen más claros y brillantes y responden mejor al blanqueamiento. Los dientes más delgados y más transparentes – más notable en los dientes frontales- tienen menos cantidad del pigmento necesario para el blanqueamiento.
Bebidas y alimentos: el consumo habitual de café, cola, vino tinto, té, zanahorias, naranjas y otras bebidas y alimentos de color intenso, pueden ir manchando los dientes con el paso de los años.  Más aún: los alimentos ácidos como las frutas cítricas y el vinagre pueden erosionar el esmalte. Como resultado, éste se torna más transparente y deja ver la dentina amarillenta que queda debajo.
El  hábito de fumar o mascar tabaco: la nicotina va depositando residuos de color café que se van adhiriendo a la estructura del diente y causan una mancha intrínseca.
Químicos y medicamentos: el consumo de antibióticos como la tetraciclina y la  doxiciclina mientras se forman los dientes (antes de los 8 años de edad),  puede producir manchas grisáceas o de color café, difíciles de quitar. Los enjuagues bucales que contienen clorexidina, los antihistamínicos como el Benadryl, los medicamentos anti psicóticos y para la hipertensión también pueden decolorar los dientes.
Rechinar de dientes: el bruxismo, por lo general asociado al estrés, añade más cuarteaduras al esmalte y causa que los bordes cortantes se oscurezcan.
Malos hábitos de higiene dental: el no cepillado frecuentemente los dientes o el hacerlo mal, si no se elimina la placa dental, también puede causar la decoloración de los dientes.
Exceso de flúor: ya sea por el medio ambiente, a través del agua del grifo, o el uso excesivo de enjuagues, pastas dentales y suplementos de fluoruro.
Materiales dentales: algunos tipos de amalgamas, especialmente las que contienen sulfuro de plata, pueden darle una sombra grisácea al esmalte.
Tratamientos: la radiación y la quimioterapia para el cuello y la cabeza también pueden causar decoloración de los dientes.
Trauma: los daños causados por caídas o impactos pueden interrumpir la formación del esmalte en los niños pequeños cuyos dientes estén en formación.  Los traumas también pueden ocasionar decoloraciones y manchas en los adultos.
¿Cómo se evitan las manchas en los dientes?
Hay diferentes maneras y la más sencilla es hacer ajustes y cambios en el estilo de vida.
El más urgente es dejar de fumar.
También puedes reducir o eliminar el café, el té y las bebidas con cola.
Mejora tu higiene bucal, cepillando y usando a diario el hilo dental.
Visita al dentista para una  limpieza cada seis meses.
Evita alimentos que puedan mancharte los dientes.
Usa una pasta dental blanqueadora.
No uses los dientes para abrir o partir objetos. Usa la herramienta adecuada, nunca la dentadura, ya que puede quebrarse.
Si no te gusta el color que han ido tomando los dientes y quieres blanquear tu sonrisa, hay varios tratamientos disponibles para hacerlo. En esta columna encuentras algunos de ellos: tanto de venta libre, como los que utiliza tu dentista. Como siempre, si tienes dudas o si utilizas alguno de ellos y te causa alguna molestia o no te funciona, lo mejor es consultar a tu odontólogo (dentista). Y, desde luego siempre vale la pena que empieces a reducir los factores que puedan manchar tus dientes para que puedas mostrarlos con confianza siempre que sonrías.

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