Acabar un libro con la boca abierta. La invención del pasado, de Miguel Anxo Murado. Acabarlo, además, con el Spoon River de Juaristi en la boca. Nuestros padres mintieron. Eso es todo. También nuestros maestros. Mentiras piadosas, para entretener al niño hasta que se duerma. Esas viejas historias de nacionalistas a la lumbre, que contaba Neeson / Collins. Acabar un libro que pone el dedo en la llaga. De fondo, más allá de España, o de Cataluña, la certeza de que la historia no puede ser una ciencia.
PS: Asegura el autor que "tan pronto como escarbamos en la superficie de lo
evidente, surgen dudas como piedras. El pasado es inaprensible. La historia es
como la ceniza de un incendio. No es el incendio, ni siquiera un resto del
fuego sino tan sólo un vestigio de los efectos del incendio. El viento sopla
constantemente, dispersándola"