Esos pequeños retos son los más importantes. Esas pequeñas cosas, llenas de cotidianeidad, que a veces crees que no serás capaz de hacer; pero entonces te armas de valor (o de lo que quieras llamarlo), y das un paso adelante y consigues hacerlas. Y entonces te sientes bien. Porque lo has logrado.
Es el caso del pequeño gran reto propuesto por Carlsberg durante este verano, en una sala de cine en Bruselas. Imagínate por un momento que estás en esa situación: llegas con tu pareja a un cine, sacas tus entradas, te diriges a la sala y, cuando entras, te encuentras a doscientos moteros, con cara de pocos amigos.
¿Qué haces entonces? La entrada ya la has pagado, claro. ¿Te vas a ir? Te dan ganas, la verdad, porque el panorama no te inspira ningún tipo de confianza. ¿Y quedarte? Buf… entre todos esos tipos con esa pinta de “macarras”… no los ves claro.
Comprueba la reacción de todas las parejas que entraron a la sala viendo el vídeo.
Las parejas que decidieron aceptar el reto y se sentaron en sus butacas recibieron la ovación de todos los moteros, y una Carlsberg como “premio” merecido por haber superado el reto. En este caso, el reto consistía en dejar atrás los prejuicios relacionados con el aspecto de los hombres que ocupaban la sala, y sentarse a ver la película.
A mí me ha gustado mucho el vídeo; me ha parecido de lo más gracioso. Precisamente por ese final inesperado. Por ese aplauso y esos vítores que significan “muy bien por vosotros, por haber sido capaces de dejar los prejuicios; por dar el paso, y por haberos atrevido“.
Y tú, ¿cómo hubieras actuado? Si quieres, puedes entrar en la fan page de Carlsberg España en Facebook y dejar tu comentario. Los más originales y divertidos serán escogidos y leídos en El Hormiguero.
Posted in Blog | 3 ComentariosTags: Carlsberg, desafío Carlsberg, moteros, retos, vídeo Carlsberg con 200 moteros
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A mi el anuncio me hace mucha gracia: Yo trabajo en un ambiente rockero y me muevo entre gente así, o con pintas incluso peores. Y aunque suene raro me siento mucha más segura en éste ambiente que en bares o discotecas con gente mejor vestida. De hecho, son los únicos bares en los que me atrevo a entrar sola. Que malos son los prejuicios!
A mí también me resultó muy gracioso, Drew. Me quedo, en especial con el caso de una de las parejas, en que la chica iba a sentarse y el chico la cogió del brazo y le dijo que no. Por los prejuicios, que son malísimos, como bien dices.
Pues si… Plas Plas Plas por los que se quedaron!!! Yo creo que nos hubiéramos quedado pero claro eso previamente queda muy bonito así que te diré que no se…