Revista Literatura
POEMAS DE HERNÁN LOBOSCO
Niños perdidos
Llora el niño en el auto.
El auto que es río, que es llanto.
Por el cause de pavimento que es negro,
Por la luna que empuja, que es fuerte.
En la fuerza del silencio que se yergue
El niño grita que es muerte.
Tus ojos reman que es agua.
Si tu mano tocara a ese niño
Empujaría los riscos y pendientes,
La dulce manita apoyada
Que es triste, que es como perdida.
Si no gritaran las persianas sus fuegos pestilentes
Si no te fueras por la línea
Y no pararas frente al sol
Y descorrieras el manto que lo tapa
Al niño que ya no grita, que ya no duerme.
12
El color del arco que toma
La mano que no tiembla
Sobre la tierra que se abre
A sus pies que impulsa a ser lo
Que es un hombre libre cuyos dedos tensan
La cuerda que se pierde en el arco y la mano
En el color y la tarde que cae en el brazo largo
Flaco brazo la flecha que es y será.
A PREVERT
Algunos tienen por costumbre
Mirar de soslayo la vida de los otros:
Abren la ventana de par en par
Sacan la cabeza
Esconden el corazón
Destilan sus pestilencias
Mecen manos secas
Tuercen bocas
Ahuyentan narices arrugadas
Orbita los globos oculares
Lloran lágrimas secas como risas
Así miran
Y mueren despacito todo el día.