Revista Literatura
POEMAS DE GRACIELA WENCELBLAT
Permitir que los cuerpos
se entiendan
en la hora de la sed.
Que no queden desnudos
de tiempo de espacio
que la piel abra la puerta
de los imposibles.
Suaves gestos retengan
la ternura -su sabor-
Cuando el dolor le da frío
Grita como un pájaro salvaje.
Nadie rompe el tañido de la pena.
Entra al túnel de fuego
Acomoda sus pies en el pantano luminoso
Y aunque no encuentra como salir
Aguarda.
Pegado en mi cuerpo un grito verde
¿será por eso que los pájaros giran
a mi alrededor?
Que me lleven.
Las líneas no se encuentran
donde florecen las palabras
y puedo desdibujarme en las sombras
empezar a ser otra.
Frente al fuego.
Con mi nombre escrito en la pollera
descubro el canto de mujeres
que van y vienen en instantes perdidos.
En cestos secretos las palabras que no
se dicen y un gorrión asustado buscando
amparo.
En una esquina sin viento la locura se desparrama.
Ya no hay tiempo para soñar.