La primera impresión que se suele tener de John Edward Lautner jr. es la de un profesional frívolo que diseñó edificios un tanto estrafalarios para millonarios de plácida vida en la soleada costa oeste estadounidense. Pero, al profundizar un poco en las ideas que lo encaminaron a realizar esa obra, esta primera impresión se transforma. Y se descubre que Lautner tenía en realidad unos principios sólidos, adquiridos durante su formación; en primer lugar, gracias a sus padres y, más tarde, a Frank Lloyd Wright y a su estancia en Taliesin. De todos estos principios que fundamentan las decisiones de su arquitectura, la mayoría continúan vigentes.
En este texto no se intenta abordar un ensayo completo y definitivo sobre Lautner, porque, además de carecer del espacio para tal fin, no se debe olvidar que su propósito esencial es el de acompañar y complementar la película Infinite Space: The Architecture of John Lautner, dirigida por Murray Grigor (2008). Estas páginas no pueden entenderse sin su visionado, lo que supone una ventaja: no es necesario repetir lo narrado en el documental con los textos y, sobre todo, con las imágenes en movimiento.Esperemos que la fundación pueda seguir editando estos documentales que sirven para conocer la obra de profesionales interesantes en el contexto mundial y además para incidir aún más en las relaciones entre arquitectura, cine y ciudad.