Nos encantan estos áticos nórdicos que son buhardillas de edificios rehabilitadas y que antes no tenían uso como hogar habitable.
En algunos edificios de los países nórdicos el piso más superior de un edificio no estaba habitado, como en algunas casas aquí antiguamente, se usaba de lugar de almacenaje y poco más.
Cuando los propietarios de fincas se dieron cuenta del potencial de esos espacios, en los que la altura, la estructura y la disposición lo permitían, se acondicionaron y rehabilitaron como viviendas.
Ahora son casi las viviendas más cotizadas de los edificios antiguos y no es para menos, porque suelen tener formas caprichosas, originales y atractivas que al estar fuera de lo ordinario y estándar a muchos nos encantan.
Los techos inclinados abuhardillados, las vigas a la vista, las formas de techos y ventanas en esas distribuciones diáfanas, dan la sensación de estar en otro tipo de viviendas más parecidas a una villa o un loft.
Los que han seguido una línea decorativa moderna, como podéis imaginar han iluminado todavía más utilizando blanco, fijaos en las fotos de este ático han pintado hasta las vigas, lo que las embellece e integra sin saturar. Casi todo el espacio es abierto, hay muy pocas paredes, solo las necesarias en el cuarto de baño y el dormitorio, es el mobiliario el que delimita las zonas de uso.
Un mobiliario por cierto, ligero, en colores claros, solo se rompe esa línea de colores claros en el dormitorio, donde se han preferido los oscuros en textiles y sillón de descanso.
Uno de los elementos que más nos gustan de ese ático es el suelo de madera de roble aceitado en claro, precioso, con ese efecto natural terciopelo que invita a andar descalzo siempre… maravilloso. Para ser perfecta esta vivienda necesitaría una terracita, entonces si que nos mudaríamos sin pensarlo ¿os gusta? ¿viviríais aquí? ¡Feliz lunes!
Vía: Bolaget
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