España aplica restricciones sociales cada vez más fuertes y políticas conerciales más severas con el fin de frenar la segunda ola del coronavirus que ya cuenta con casi 9.000 casos nuevos en las últimas 24 horas.
Con estas medidas la nación ibérica busca evitar un confinamiento domiciliario de la población que podría poner en jaque la economía.
Ya en la primavera, la población tuvo que pasar varios meses en confinamiento, cuando el Gobierno declaró por primera vez el estado de alarma, que comenzó el 14 de marzo y duró hasta el 21 de junio.
El pasado 25 de octubre, el Ejecutivo volvió a decretar el estado de alarma, esta vez con un toque de queda nocturno en todo el país
El Ministerio de Sanidad español notificó este miércoles 25.042 contagios más (8.924 en un día), hasta llegar a 1.284.408 desde que comenzó la epidemia. El número oficial de defunciones se eleva a 38.118, después de añadirse 1.623 fallecidos en un nuevo sistema de recuento.
Varias regiones españolas anunciaron ayer nuevas restricciones, similares a las de otros territorios, para tratar de frenar la expansión del coronavirus.
Es el caso de Galicia (noroeste), donde a partir del próximo viernes, y durante un mes, se cerrarán las actividades no esenciales, incluida la hostelería, así como el cierre perimetral de las principales ciudades, que afectará al 60 % de la población gallega.
«De momento no contemplamos un confinamiento domiciliario», dijo ayer el ministro de Sanidad, Sanidad, en una rueda de prensa.
Con información de EFE