Prestad atención a esta imagen por favor. Esta y las siguientes corresponden a un lugar donde suelo pasar alguna temporada por razones familiares. Son de este verano:
En ella podemos ver la escalera que comunica dos diferentes barriadas de un pueblo de unos cuatro mil habitantes. Entre dichas barriadas existe un desnivel, como puede apreciarse en la foto, cuya ladera está llena de pinos piñoneros muy cerquita de las casas. Puede verse también algún borrico pastando por la zona y pequeñas parcelas valladas con gallinas, cabras, perros, etcétera. Un ambiente muy rural. Ahora vamos a los detalles.
Nada más comenzar a bajar encontramos numerosos cristales rotos y restos de botellas con el consiguiente peligro para personas y animales.
Un paragolpes de coche tirado entre los pinos. Basura de todo tipo y restos de muebles. Más cristales, restos de latas y botellas de plástico.
Los restos de botellas de cristal aparecen a lo largo de toda la escalera. Un contenedor de basura volcado entre los pinos. Restos de haber vaciado una lata de pintura.
Al final de la escalera, en la parte de abajo se acumulan todo tipo de residuos como palés, neumáticos, envases y bolsas. Un encanto.
Ahora veamos este otro paraje de la misma población. Se trata de un pequeño embalse muy cerca del casco urbano, como para ir andando. Es una zona de pinos y jaras salpicada de pequeñas casitas de campo con huertos familiares y animales propiedad de los habitantes de la zona. En el embalse hay un restaurante con un pequeño embarcadero donde se pueden alquilar piraguas. Además hay muy buenos sitios donde poder pescar, darse un baño muy agradable (la calidad del agua es bastante buena) y pasar el día a la sombra de los pinos:
Disfrutando del baño. Casitas y huertos. En el centro de la imagen se aprecia el embarcadero.Ahora vamos a acercar la cámara un poquito a los detalles de este entorno tan agradable:
En esta sucesión de fotos hemos podido ver todo tipo de envases de comida y bebida tirados entre la vegetación e incluso dentro del agua, restos de embarcaciones hinchables, ¡y hasta escombros!, alguien se ha molestado en cargar escombros en un vehículo para ir a tirarlos al monte pasando por una carretera que está en muy malas condiciones. He tenido ocasión de ver cómo un tipo que estaba pescando se terminaba su cerveza y tiraba el bote entre la jara como el que esconde la basura bajo la alfombra. Una auténtica vergüenza.
No tengo ningún interés por desvelar el nombre del pueblo porque no se trata de llamarles guarros a ellos en particular. Lamentablemente podemos encontrar bastantes ejemplos de este tipo de comportamiento en muchos lugares de España, y esto es, desde mi punto de vista un claro signo de subdesarrollo propio de la España de épocas pasadas y muy lejos del estándar de comportamiento de los países más desarrollados de la Unión Europea, entre los que deberíamos aspirar a encontrarnos. Es más retiro lo de guarros y voy a explicar por qué. Recuerdo que, cuando era un niño, me parecía perfectamente normal tirar un envoltorio al suelo, por ejemplo. Las calles de la mayoría de nuestros pueblos y ciudades estaban llenas de papeles, latas, bolsas y excrementos de perro, por no hablar de que para cualquiera de nosotros era bastante normal pararse a echar una meada en cualquier esquina, y ninguno pensábamos que fuéramos unos guarros. Era lo normal. Los raros eran los suizos de las historias que me contaba mi padre acerca de sus calles impolutas, o el americano que había abroncado a un español por tirar un papel a la acera. Igual que yo hace treinta años no me sentía guarro, ellos ahora tampoco. Hacen lo que han visto hacer, lo normal.
Es únicamente con educación, en casa y en las aulas como acabaremos con el mal aspecto que ofrecen muchos lugares de nuestro país. Estas fotos son solo un ejemplo, pero basta que salgamos a dar una vuelta por zonas urbanas, rurales y sobre todo las industriales para que veamos el largo recorrido que nos queda hasta llegar a conseguir que España no parezca un vertedero. Recuerdo aquella campaña que salió hace años para la prevención de incendios que decía “El bosque es de todos”. El ingenio hispánico rápidamente inventó la respuesta: “quema tu parte”. Es la poca identificación que tenemos con lo colectivo la que nos lleva a este tipo de comportamientos. Esta pelota de colores llamada Tierra es no solo nuestro hogar sino que además nos da de comer y beber y nos cuida como una madre con mil bendiciones diarias que damos por sentadas, como el amor de las madres. No es manera de tratar a una madre, ¿verdad?
Archivado en: El Rincón de Pensar Tagged: ecología, españa, espacios públicos, limpieza, medio ambiente, opinión, rincón de pensar, subdesarrollo, tierra