España se parece cada vez más a un sistema informático que ha caído o se ha bloqueado. A todos nos ha ocurrido alguna vez. Y la solución ya sabemos cuál es: hay que resetear.
Y España está condenada a hacerlo. Resetear. Empezar de nuevo. Volver a cambiar el sistema.
Pero a diferencia de lo que hace un ordenador, no sirve el mismo sistema de antes. HAY QUE CARGAR UN SISTEMA NUEVO.
El país lo va a tener que hacer. Lo quiera o no quiera. Por las buenas o por las malas. Por ahora está siendo más por las malas que por las buenas. Y para tragarnos esa píldora amarga nos ayuda apelar a la madastra Europa. En especial a la madastra Merkel. Denostada por muchos, pero a la que a la larga habremos de agradecerle que nos saque del hoyo en el que nos hemos metido.