Revista Salud y Bienestar

España empieza a operar válvulas cardiacas sin parar el corazón

Por Fat
España empieza a operar válvulas cardiacas sin parar el corazón
Si el corazón es el motor del cuerpo, el último avance en cirugía cardiaca equivale a reparar los cilindros de un motor con el coche en marcha. O algo mejor aún, porque detener un vehículo para arreglarlo no supone un riesgo añadido para el conductor, mientras que parar el corazón para una cirugía extracorpórea sí que es un peligro para el paciente.
Y esta es la ventaja de la última técnica que ha empezado a aplicar el Hospital Clínico de Madrid: una reparación de la válvula mitral (la que une la aurícula y el ventrículo izquierdos) por vía endoscópica. El programa es pionero en España y prevé llegar a la veintena de operaciones en un año. "Si no fuera tan caro se podría llegar a las 50 o 100", dice Carlos Macaya, jefe del servicio de Cardiología del hospital. Pero cada una cuesta unos 18.000 euros, por lo que hay que seleccionar bien a los pacientes.
En la operación a la que asistió EL PAÍS (la segunda de una serie de cinco) se estaba interviniendo a una mujer que ya tenía varios stents (unos tubitos que se introducen en las arterias para mantenerlas abiertas o para reforzar su pared) y había sido intervenida de corazón.
En las pantallas de dentro y fuera del quirófano se ve el corazón latir y cómo la sonda, que ha sido introducida por la vena femoral, llega hasta el tabique que separa ambas cavidades. Hay revuelo en la sala, porque se trata de una intervención con mucho aparataje y porque hay personal aprendiendo.
El tubo que ha entrado tiene en su extremo una pinza con la que se intenta poner un clip en el orificio que comunica la aurícula con el ventrículo. "El objetivo es reducir su diámetro para que las válvulas lo taponen cuando el ventrículo se contrae y la sangre no vuelva a la aurícula [que es lo que pasa cuando la válula no funciona], sino que salga por la aorta", explica Macaya.
Esta vez hay problemas para situar la pinza y la operación dura más de cuatro horas. Pero tiene la ventaja de que se sabe sobre la marcha si funciona y que, si un clip no basta, se pueden poner dos (es lo que pasó con el primer paciente). Y la recuperación es mucho más rápida. "En un par de días la paciente estará en casa; con la técnica tradicional tendría que estar ingresada unos diez días", cuenta Macaya.
La eficacia es la misma que la de la técnica tradicional, pero puede aplicarse a personas que no soportarían la operación a corazón abierto. "En España hay unas 50.000 personas con esta insuficiencia, de las que habrá que intervenir a unas 4.000. Con esta técnica podemos llegar a más", concluye el médico. En el mundo la técnica ha empezado a usarse hace un año y ya hay unas 1.000 personas operadas.
**Publicado en "El Pais"

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