La selección española de fútbol llegó a ser finalista del Mundial de Sudáfrica, tras vencer a Alemania y, aunque, a estas horas, no sabemos si logrará vencer a Holanda en Johannesburgo, el mundo entero reconoce sus más que merecidos méritos. España supo, el miércoles pasado, convertir una quimera en una realidad. Un cabezazo del tiburón Pujol a la salida de un córner, en el minuto 73, conseguía el gol de la victoria frente a un rival que andaba sobrado en el juego aéreo. España acababa con una Alemania que nada tenía que ver con el rival envalentonado que se anunciaba en las vísperas, poniéndose en la primera final de su historia. Y, mientras Alemania jugaba inequívocamente a la defensiva, con el pánico en el cuerpo y aprovechando los contras y los balones a balón parado, España, que llevaba la iniciativa en la mayor parte del juego, se llevó limpiamente la victoria.
Pujol marca de cabeza.
El gol en la semifinal premió el extraordinario trabajo colectivo del combinado español, empequeñeciendo así a la renovada Alemania, debilitada por la baja de Müller y la presión del rival. La selección de Löw perdía en este partido la frescura y convencimiento inicial mientras que España recuperaba su mejor versión, a punto de ganar su primer Mundial, sólo a falta de vencer este domingo a Holanda en el estadio Soccer City. Un sueño que esta noche puede convertirse en una realidad, gracias al trabajo bien hecho de una selección que no entiende el fútbol como una propuesta de individualidades y cuyo grupo juega con el objetivo de competir para vencer. Ninguna de las dos selecciones –La Roja y la Oranje– se ha hecho hasta el momento con el trofeo más preciado del mundo. La primera llegó por primera vez a la final sin demasiados problemas; la Oranje, en la que juegan Snjeider y Robben, don jugadores descartados hace un año por el Real Madrid y que ahora opositan por el Balón de Oro, ya consiguió dos finales (Alemania 74 y Argentina 78) ¿Será la tercera la vencida? Los españoles intentarán llevarse toda la gloria. Pero, gane o pierda nuestra selección, el paso mostrado ha valido la pena.
Vila, Piqué e Iniesta abrazan a Pujol para festejar el gol del triunfo ante Alemania.
“La cabeza de Puyol –escribe José Mígueles en “Público”– se llevó por delante todos los complejos, ese fatalismo histórico que tantas veces había cohibido a La Roja. Y acabó con Alemania, que no fue ese rival envalentonado y reconstruido que se anunciaba, acobardada de nuevo ante quien va camino de convertirse en su bestia negra”. Alemania se rajó. Sin su jugador bandera, Thomas Müller, no se atrevió a discutirle a España la pelota que jugó gran parte del partido sin “El Niño”, quien acabara con Alemania hace dos años. Pese a ello, fue Joachim Löw, el entrenador alemán más elegante, quien mostraba su miedo a perder. Y su grupo optó por esperar a España en el medio campo, pero jugando con el pánico en la cara. En el segundo tiempo, España contó con una doble ocasión que provocó el pavor a sus adversarios. Hasta que un cabezazo del tiburón Puyol metió el balón en la portería alemana y alzó a España Fútbol Club en la final.
El triunfo español venía precedido de cierta advertencia. “Paul” había pronosticado que España se alzaría con la victoria frente a Alemania. Pero ¿quién era Paul? El pulpo germano, el gran vidente de este campeonato del Mundial de Fútbol. Hasta el momento, “Paul” había acertado en casi todas las predicciones. Y, consultado en el acuario de Sea Life, en la ciudad alemana de Oberhausen, donde vive desde hace años, “Paul” había tardado el pasado martes media hora en ofrecer su pronóstico. Le habían colocado, como en otras ocasiones, ante dos contenedores plásticos transparentes con un mejillón en cada uno de ellos. Cada una de las urnas llevaba la bandera de uno de los dos contrincantes futboleros. Y el contenedor sobre el que se colocó para comerse el mejillón preparado, representaba al equipo victorioso. “Paul” comió el mejillón español, lo que quería decir que España saldría victoriosa. El viernes pasado tampoco lo dudó y se puso sobre la urna con la bandera de España, indicando que España se impondría sobre Holanda, lo que alegró a los españoles y molestó a los holandeses.
Löew Durban, el seleccionador alemán, fue el primero en rendirse ante la evidencia del juego español. “España es el mejor equipo del mundo –reconoció abiertamente– Nadie juega como lo hace la selección española. En los tres últimos años han demostrado que están por encima, juegan de una manera diferente y nadie puede pararles. Ante nosotros lo han hecho de una manera automática. Sólo me queda por felicitar a España”. Löew colocaba favorita a la selección de Del Bosque en la final del domingo: “Para mí –reconoció Löew– tiene que ser la campeona, pero el fútbol es impredecible. Es la mejor selección y, respetando a Holanda, debería imponer su mejor juego”.
Vicente del Bosque.
“La nada tiene prisa, escribió Pedro Salinas, pero Vicente del Bosque no la tiene. Está contra la nada –así comenzaba Juan Cruz un artículo titulado ‘La nada tiene prisa’ en ‘El País’ del pasado día 5–. Y es que así es este hombre tranquilo: Apenas emite señas y cuando las emite están ya deglutidas más por la mente que por el desgañite. Una sugerencia comparativa: Mientras Maradona emite a velocidad de vértigo su supuesta sabiduría, a Del Bosque se le tiene que intuir que habla. En todo el campeonato sólo le he vislumbrado una vez diciendo, muy quedo, ‘putamadre’. Ni cuando hay goles ni cuando Casillas paró el penalti, jamás se ve a Del Bosque hacerse acreedor del triunfo de los chicos. Si acaso me recuerda a Kubala. O a Di Stéfano. Para mi generación, ese es el mayor elogio que puede hacerse de alguien. Del Bosque se lo merece porque ha luchado con éxito contra las cabronas prisas de la nada”. Y Del Bosque confirmaba día a día sus expectativas. Su forma de hacer y de conciliar a todos a favor de una causa común –es el único español que ha sabido conciliar los deseos deportivos de la derecha y de la izquierda, de pobres y de ricos, de catalanes y castellanos–, cohabitando por encima de todo, y huyendo de toda clase de protagonismos, le ha llevado a la cima del Mundial.
Duce, en Rincón del Náufrago, recuerda la biografía de ese hombre que ha pasado silencioso por la vida, sin apenas hacer ruido, con una sencillez y modestia muy castellanas. “Ahí va él por la vida, entre la incredulidad y las dudas de muchos ‘expertos’, que ahora a lo mejor le pasan la mano por el hombro, después de haberle dado pataditas en ciertos sitios, y ahora le suben al podio del Triunfo. Ahora que ha conseguido lo que otros, más sueltos de pico, no lograron, tampoco saca pecho y ni pasa cuentas. Sabe lo frágil y fugaz que es la Gloria, sobre todo en este mundo de dineros, éxitos, emociones pasajeras y olvidos. Trabaja, ordena, consigue crear un clima de convivencia, intenta dar ánimos al deprimido, le protege, hace sus cambios sin mirar el dorso de la camiseta, ni su historia: unas veces acierta, otras no tanto. Entonces, enseguida tiene la tarjeta amarilla, hasta la ‘roja’, encima de la mesa… Por todo eso, a él –el primero– y a sus muchachos, le debemos agradecer que, desde su puesto, haya conseguido, al menos por unos días, un con-senso (sentir lo mismo) a millones que andaban por ahí, desperdigados, sin saber de dónde eran, ni quiénes eran los ‘suyos’, lamiéndose como podían sus decepciones, su desánimo, y sus dudas. ¿Encontraremos un Del Bosque, que sepa guiar y aunar al otro ‘Equipo’? Para la próxima campaña, si buscamos a alguien que sepa sacarnos de la segunda o tercera división a la que hemos descendido, necesitaremos un “Del Bosque for President”.
Messí y Ronaldo en el Mundial.
Es éste un terreno –el deportivo– que está plagado de minas y de trampas en las que no pocos caen. Sobre todo las grandes empresas que siempre se apuntan a los triunfos y acontecimientos, creyendo que su apuesta les favorece económicamente. “Directores de márketing de muchas empresas –escribe José Félix Díaz, desde Ptchefstroom (Sudáfrica) para El Confidencial– vieron el cielo abierto con eso del Mundial y el tirón comercial que siempre tiene. Y apostaron por las grandes figuras, muchas de ellas retiradas, tras ser derrotadas con sus equipos. Otros prefirieron apostar en otros campos más generalizados. La compra de una televisión siempre ha sido el producto más demandado cuando acerca una Copa del Mundo o unos Juegos Olímpicos. El abanico se amplió, propiciado en parte por los éxitos cosechados por la selección española, lo que significa el aumento de patrocinadores alrededor de la Roja. El problema ha sido que algunas de esas empresas que lanzaron importantes órdagos, arriesgando mucho dinero ante la posibilidad de que España ganara el Mundial como reclamo para captar clientes, se vieron implicadas en el peligro que para ellas suponía lo contrario. Y algunas de ellas no saben cómo les favorecerá su “generosidad” al echar cuentas de lo que les costará el primer triunfo español en un Mundial de fútbol”.
Banesto fue una de ellas. Si España gana, este banco pierde. Se habla de algunos millones de euros. En enero, Banesto hizo coincidir el anuncio de su patrocinio con el lanzamiento de un depósito que tenía un interés del 3 %, aumentando al 4 %, en caso de que la selección española ganara el Mundial. En la operación, ingresó 1.500 millones de euros sin pensar en que el éxito en África terminaría liándose con España, lo que costaría al Banesto 15 millones de euros. Banesto también lazó una serie de productos ligados al combinado español que incluye la hipoteca selección. Regaló a sus clientes hasta 1.500 euros disponibles en una tarjeta de crédito para la adquisición de electrodomésticos en más 900 tiendas Expert (también sponsor de la Roja”). Toshiba reembolsará a los compradores el importe de los televisores y portátiles de su marca que se hayan adquirido entre el 10 de abril y el 10 de junio, siempre que la selección española triunfe en el Mundial. La cadena Expert no arriesgó a apostar por el triunfo español pese a ser uno de sus patrocinadores, pero sí 'provocó' a sus potenciales clientes con devolución del dinero gastado en caso de acertar los cuatro primeros clasificados. Otras empresas, como Media Karkt, lograron campañas publicitarias con más acierto, colocando el eslogan: “Te regalo la televisión que compres, si España gana el Mundial”. Pero añadiendo en letras más pequeña: “Si España gana todos los partidos”. Carrefour España perderá un millón de euros en caso de que la Roja se alce con el título el próximo domingo. Meses antes del mundial, la compañía sacó a la palestra la promoción “Locos por el Mundial” en la que la empresa firmó 10.000 vales de 100 euros, que sus clientes podrán canjear si España gana el campeonato.
Otros grupos o personas se han jugado el dinero y el prestigio en este Mundial sin esperar nada a cambio. Varias actrices porno holandesas, por ejemplo, ofrecerán felaciones a cada uno de sus seguidores en Twitter si su selección gana la Copa del Mundo. Bobbi Eden, actriz holandesa de cine porno, quiere que su selección de fútbol se convierta en la número uno del mundo. Tanto es su empeño, que ha prometido hacerle una felación a cada uno de sus seguidores en Twitter, si la naranja mecánica llega a lo más alto. La actriz, que contaba con algo más de 5.000 seguidores en el momento de publicar el mensaje, ya ha reunido en sólo unas horas a más de 34.000 seguidores en su perfil de Twitter. Y si, finalmente, Holanda gana, tendrá que hacer frente a su promesa, para lo que ha pedido “ayuda a algunas amigas”, según aseguran otros mensajes. No es la primera vez que se hace esta promesa en Internet. Hace tres años, durante la campaña de las elecciones en Bélgica, Tania Dervaux, candidata y cabeza de lista al senado belga por parte del partido NEE, prometió 40.000 felaciones a todos los que se inscribiesen en una lista en la página web de su partido. Al final, no cumplió lo prometido.
Políticos de derechas o de izquierdas, pasando por los del centro, no son ajenos al interés que genera la idea de que España se haga con la Copa. Y la Roja, consolidada en torno a una España deportiva, aunada en torno a la selección, nos ha dado un atisbo de unidad, lejos de guerras y banderas que, a menudo, propician intereses y derrotas vergonzosas. De hecho, esta semana, en innumerables ventanas, terrazas y balcones de toda España se ha colocado con cierto orgullo la Roja, independientemente de cualquier idea nacionalista. O superando esta idea. “La única marca comercial que, durante el Mundial de fútbol, ha proclamado a gritos ‘El orgullo de ser española’ es Cruzcampo –según escribe Manuel Molares do Val en Crónicas Bárbaras–, la cerveza propiedad de Heineken, gran multinacional de Holanda, el último rival para alcanzar el campeonato. El principal fabricante de banderas españolas que invaden el país es un inmigrante uruguayo establecido en las afueras de Madrid. Y quienes venden la mayoría de enseñas que han eclosionado por todo todas partes con excepción de las zonas más pequeño-nacionalistas de Cataluña y el País Vasco, son chinos, que ofrecen también toda suerte de iconos patrióticos: gafas, pinturas, gorros, pelucas. También en Sudáfrica los chinos, grandes comerciantes, han descubierto el insoportable negocio de las vuvuzelas, y ellos ya saben cuándo y cómo vender los símbolos patrióticos y patrioteros de cualquier comunidad…
Villa, Villa, maravilla...
“España –continúa Molares de Val– como nación, ‘un término discutido y discutible” según Rodríguez Z., está descubriendo sin justas violentas, gracias al fútbol, una relación afectiva y cultural entre sus ciudadanos mayor que la que se esperaba. En la corriente social principal, al margen de algunos excesos de patriotería, han nacido un profundo sentido de comunidad y unas emociones compartidas que hace poco avergonzaban o se detestaban porque recordaban los excesos patrióticos franquistas, identificados con el fascismo. Unir a unos españoles de todos los orígenes en un esfuerzo común para vencer temibles rivales, aunque sólo sean futbolísticos, crea una coherencia comunitaria que hiere a los nacionalismos más pequeños. Y reaparece la Nación, ajena al desleal concepto zapateril, ayudada por unos jóvenes que dan patadas, una cerveza holandesa, las banderas del uruguayo y los chinos del todo a cien”.
Según explica José Luis Rodríguez Zapatero, la clasificación de la selección española de fútbol para disputar la final del Mundial de Sudáfrica frente a Holanda nos va a “venir bien para elevar la autoestima y la confianza en el país”. El presidente del Gobierno, que asumió personalmente, en marzo del año pasado, la gestión de Deportes, cuando España se enfrentaba a la peor crisis económica de los últimos 50 años, vio el partido en compañía de su familia. Y siguió el encuentro con cierta “tensión nerviosa”. Pero, desde el primer momento, vio que estaban jugando muy bien. “Ha sido importante ganar, pero tan importante ha sido cómo se ha jugado: con inteligencia, con elegancia, con un gran espíritu de equipo”.
Zapatero dijo que hoy era un día “para estar inmensamente feliz” y el domingo “a ser campeones del mundo” frente a Holanda. El presidente añadió que “España, en general, juega en todos los terrenos, como juega en el fútbol y, más allá de que tengamos algún momento difícil, como han tenido todos los países, y ahora lo tenemos económicamente, podemos sentirnos orgullosos de la trayectoria de las últimas décadas y, desde luego, en el fútbol, ahora ha llegado nuestro momento”. Destacó el juego de Carles Puyol –¡qué grande!, dijo de él– y de Xavi Hernández –extraordinario–. E indicó que la canciller alemana, Angela Merkel, todavía no le había llamado para felicitarle por la victoria española.
El holandés Johan Cruyff, ex entrenador y ex jugador del FC Barcelona, asegura que, entre los dos finalistas del Mundial de Sudáfrica –Holanda y España–, le gusta más la selección española “porque juega mejor”. Kruyff reconoce en una entrevista publicada por el diario deportivo “La Gaceta dello Sort” que España tiene grandes cualidades individuales. “Parece una copia del Barça con su bloque base, con un manejo más fluido y espectacular que Holanda”.
Las principales cabeceras de prensa del mundo alaban a la selección española. “L'Equipe”, el diario deportivo francés por excelencia, considera que España cumplió el guión y ejerció de favorita.
“La Gazzetta dello Sport”, el principal periódico deportivo italiano, nos piropea y llama a la selección española “guapa”, además de recoger con el máximo despliegue el partido contra Alemania.
“Diario Olé”, argentino, que a lo largo del Mundial fue muy crítico, ahora se rinde a los encantos de la Roja. Y se refiere a que habrá un vencedor 'primerizo', ya que ni nosotros ni Holanda han sido jamás campeones.
El británico “The Times”, que dio la nota al comienzo del Mundial acusando a Sara Carbonero de despistar a los jugadores de España, ahora se olvida de cualquier alusión a la periodista de Telecinco y novia de Iker Casillas.
En el diario el diario italiano, “La Gazzetta dello Sport” se cometió el error del día: El redactor del pie de foto confundió a Villa con Iker Casillas y aseguró que Sara Carbonero estaba entrevistando en la foto a su novio.
El deporte español ha brillado especialmente en la última década, con el tenista Rafa Nadal y el motorista, Jorge Lorenzo (ambos, mallorquines); el ciclista, Alberto Contador, ganador de dos Tour de France, un Giro y una vuelta a España; el baloncista, Pau Gasol, que ganó con España el Mundial de Japón en 2006 y el Eurobásket de Polonia, en 2009, y fue campeón en dos ocasiones de la BBA; o Fernando Alonso, piloto de Fórmula 1 y ganador de los mundiales en 2005 y 2006. España se ha convertido en referencia mundial en muchos deportes de primera fila... contando en varios de esos deportes con los mejores de cada especialidad. Solo faltaba sobresalir en fútbol.
Entre el Real Madrid y el Barça se han repartido seis copas de Europa en los últimos 13 años. Y, como remate, este año nuestra selección nacional ha llegado a la final del Mundial de Fútbol y puede ser campeona, por primera vez en su historia. Sería éste el mejor broche a una cosecha de triunfos en todas las disciplinas deportivas. Y la prueba de que también en deporte podemos llegar a ser los mejores jugadores y los mejores espectadores. Sobre todo, en plena crisis, cuando todo un país sigue a 23 jugadores de fútbol nacional con los colores de la Roja. Una Roja que llena España de banderas como no había sucedido nunca tras la Guerra Civil. “Es la composición química –escribe Luis Gómez en “El País” (La patria es una camiseta)– de una selección que ha roto una teoría asentada durante décadas”.
Pujol, tras su gol contra Alemania.
Pero es precisamente en Barcelona, de cuyo Club de Fútbol hasta siete jugadores están jugando en la selección nacional –el Barça es el cultivo dominante de la misma–, en donde una manifestación acaba de congregar a más de un millón de personas –1.100.000, según la estimación de la Guardia Urbana de Barcelona y 1.500.000 según la Omniun Cultural, la organización convocante– colapsando, el centro de la ciudad. Allí se manifestaron ayer, sábado, en contra de la sentencia del TC sobre el Estatut de Catalunya. La protesta, encabezada por una “senyera” de 250 metros cuadrados, llegaba después de que el TC diera a conocer el viernes la sentencia íntegra sobre el Estatut. Detrás de la misma se colocaron el presidente catalán, José Montilla, el presidente del Parlament, Ernest Benach, y los ex presidentes Jordi Pujol, Pasqual Maragall, Joan Rigol y Heribert Barrera. Líderes de los partidos políticos, como Artur Mas (CiU), Manuela de Madre (PSC), Joan Puigcercós (ERC) y Joan Herrera (ICV), además de consellers del Govern y alcaldes de varias localidades catalanas portaban una pancarta con el lema de la protesta: “Somos una nación. Nosotros decidimos”. Abundaban las banderas “estelades” y las pegatinas con lemas como “Adéu, Espanya” (Adiós, España) y “Jo no acato” (Yo no acato) que hacían alusión al fallo del TC, así como otras a favor de la independencia. Montilla tuvo que escuchar gritos de “españolista”, “botifler” (traidor) y “charnero”. La marcha concluyó con la intepretación del himno nacional catalán, “Els segadors”.
Y, mientras esperamos el resultado de la final del Mundial que esta noche se dilucidará, nos regodeamos con un humor que también mete algunos goles. Con él se escribieron grandes obras maestras no exentas de humor trágico, como "La metamorfosis", de Kafka, que comenzaba así: “Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana antes de un partido intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto”.
Y con él mostramos esos dibujos varios, sobre Alumnos y vuvuzelas, Humor Kapel-Mundial, Forges, Martínmorales o Medina
Manuel Fontdevilla nos muestra algunas de sus viñetas: A por ellos, La costa del Levante, Aborto es, La dignidad y La protesta.
Territorio Vergara nos recuerda: Investigado por ataques a la bolsa española, Dónde, Modestia, Teorema, Bajo el paro y Sentencia.
Y Pep Roig dibuja La patria verde, Patriotismo a patadas, Exceso de historia, Finiquito, Lujos reveladores y Confianza.
Mundial de Futbol Sudafrica 2010 "La Oveja Negra" (Promo 1)