Revista Opinión

España, entre Portugal y Grecia

Publicado el 23 octubre 2015 por Cronicasbarbaras

Los populares europeos que gobiernan catorce países e instituciones reunidos estos días en Madrid alrededor de Mariano Rajoy no debieron marcharse muy contentos porque frente a los parabienes para el primer ministro español les venía el fracaso de su compañero portugués.

Pero a la llegada a sus países ya supieron que sus temores no se cumplían porque de momento el presidente Cavaco Silva le había pedido por segunda vez a uno de los suyos formar gobierno, en contra de lo que anunciaba la izquierda.

Los conservadores europeos creían haber perdido inesperadamente a Portugal, cuyo futuro podría acercarse más a la Grecia antisistema del primer Tsipras y Varoufakis, que a la del rendido y fiel seguidor de la Troika, Tsipras, pero sin el super-radical Varoufakis.

Desde las elecciones del pasado día 4 se pensaba que el ganador con el 38 por ciento, Pedro Passos Coelho, formaría gobierno, como le encargó el presidente Cavaco Silva, del mismo partido llamado socialdemócrata, pero hermano de los populares.

La izquierda sumó más escaños y, aun habiendo perdido, el partido socialista de Antonio Costa decidió gobernar con el comunista-estalinista Jerónimo Sousa y con el Bloco de Esquerda, el Podemos portugués.

Portugal presumiblemente sería así gobernado por esa “coalición de perdedores” que llama Rajoy a la que encabezaría Pedro Sánchez aquí, si pudiera.

Antonio Costa no es un izquierdista radical, pero sí sus aliados: exigen una quita de la mitad de la deuda, el 174 por ciento del PIB, y mejorar el sesenta por ciento de los intereses de la que quede.

Los comunistas, además, están dispuestos a romper con la eurozona abandonando el euro para volver al escudo como protesta contra la austeridad, igual que prometen aumentos de plazas y sueldos de los empleados públicos, y la nacionalización de las empresas privatizadas y de los bancos.

Parecían llegar unos radicales Varoufakis II, que en España serían Varoufakis III si Sánchez pudiera coaligarse, como teme Rajoy, con el decreciente y fatuo Pablo Manuel Iglesias.

Los bancos internacionales habían advertido ya que Antonio Costa debería obedecer a la Troika, como Tsipras, o no tendría crédito: sería Tsipras II, pero con sufrimiento multiplicado.

Cavaco Silva parece haber puesto las cosas en su sitio gracias a las peleas que impedían a última hora a las fuerzas de izquierdas supuestamente progresistas estar de acuerdo.

Aunque ahora Passos Coelho queda en minoría y fácilmente desestabilizable.

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Tira Salas 5257


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