Revista Política

España, ¿estado aconfesional o anticristiano?

Publicado el 17 marzo 2010 por Franky
La creación en España de un partido político basado en el islamismo, una religión políticamente activa que decide gobierno, costumbres, legislación según sus normas, lo menos que deja es indiferente.

La ideología y metas de este partido son claras. La formación reconoce que luchará por lograr sus objetivos "desde la consideración del Islam como fuente de dichos principio", esto es, *"tendrá en cuenta el Islam en su actuación política, considerándolo como factor determinante para la regeneración moral y ética de la sociedad española.

Un partido de este tipo que declara que el islam es crucial para la "regeneración social y ética", si además observamos el nombre: Partido Renacimiento y Unión de España (PRUNE) y que añade “gobernar desde la consideración del Islam como fuente de dichos principios", esto te deja aún menos indiferente, más bien inquieto.

Si se lee en su medio de comunicación «Hermana, hermano, adelante con el renacimiento y la liberación, la concienciación y la meditación. Tienes que tener confianza en ti primero y después en tu partido para que puedas levantar tu voz a lo más alto. (...) Ha llegado el momento, hermana y hermano musulmán español, árabe, africano inmigrante y no inmigrante de liberarse de la humillación», la verdad es que parece algo muy diferente a lo que se espera de un partido político en el siglo XXI en Europa.

No es necesario comentar la frase que un importante personaje musulmán durante un encuentro oficial sobre el diálogo islámico-cristiano, “Gracias a vuestras leyes democráticas os invadiremos, gracias a nuestras leyes religiosas os dominaremos; los petrodólares que entran en las cajas de Arabia Saudita y de otros Gobiernos islámicos son usados para construir mezquitas y centros culturales en países cristianos con inmigración islámica, incluida Roma”. (arzobispo Giuseppe Bernardini).

Más crudas pero más realistas y evidentes es la predicción del presidente argelino Bumedian de que las mujeres del Islam contribuirían con su abundante maternidad a colmar de hijos a Europa y a su conquista. Y su conquista.

La llegada a puestos de gobierno de ideologías como la mencionada puede ocasionar legislaciones como horarios y espacios separados para hombre y mujeres en centros de trabajo, piscinas y otras instalaciones municipales como ya sucede en Lille (Francia), donde la alcaldesa, para mantener el sillón, accedió a esas exigencias de un grupo musulmán. Por unos votos, un partido político vende lo que sea necesario.

No es tiempo de anécdotas e ingeniosidades. El ciudadano no está informado de lo que un partido islámico ocasionará en España. Tenemos la amarga experiencia de las compraventa de escaños por parte de los independentistas. Ahora tenemos en casa un partido basado en una ideología religiosa no conocida por su tolerancia e interés de integración. ¿Volvemos a aceptar que una minoría decida cómo debemos y podemos vivir imponiendo reglas y normas que Europa ya hace siglos que dejó atrás? ¿Admitiremos un partido cuyo currículo es portador de intolerancia y falta de libertad entre otras cosas?

¿Qué opina el ciudadano español de este tema? ¿Somos laicos o anticristianos solamente?

Ligur


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