Hace unos meses, Wei Kiat, un activista de Greenpeace, se acercó a un vertedero de Kuala Laga, un distrito al suroeste de Malasia. Su misión era buscar envases de plástico de países europeos que habían llegado hasta el sudeste asiático para acabar, en teoría, en una planta de reciclado y no para ser quemados. Y Wei pudo fotografiar centenares de plásticos llegados de Europa. Incluso de España. Envases de leche de almendras, de galletas María, de toallitas húmedas, de Coca-Cola Zero, queso rallado de El Caserío… paquetes españoles cuyas empresas productoras pagan un impuesto por ley para que se reciclen. En cambio, muchos de ellos acaban en vertederos a más de 10.000 kilómetros. «Los países ricos usan a Malasia para tirar la basura que ellos no quieren», denuncia Wei. [ Fuente DIARIO EL MUNDO
Tenemos que tomar consciencia del mundo como un lugar de todos, si reciclamos , si respetamos el medio ambiente , es el de nuestro territorio , pero también el MUNDO…mandar las bolsas a otros lugares , es tan horrible como contaminar aquí.