Los españoles, cuando leen la prensa, ven la televisión o escuchan la radio, comprueban, día tras día, que la vida política está envilecida y que las suciedades y canalladas proceden tanto de la izquierda como de la derecha, pero a veces ocurre que la concentración de porquerías se hace mas intensa y maloliente en uno de los bandos. Es lo que está ocurriendo en estos momentos con la izquierda española, que ayer, día 2 de octubre, vivió una jornada plagada de miserias, muestra evidente de su feroz envilecimiento.
La Junta de Andalucía prohibió a los profesores de religión salir al recreo con los niños, una jugada sucia, probablemente anticonstitucional y discriminatoria, destinada a evitar que el sentimiento religioso "contamine" a los jóvenes estudiantes. Otra suciedad grotesca fue el sorprendente apoyo del líder socialista español, Alfredo Pérez Rubalcaba, a que el preso etarra Arnaldo Otegui, cumpliendo prisión por apoyo al terrorismo, se convierta en "asesor" del Parlamento catalán. Otra muestra de la porquería "made in Spain fue que el Tribunal Constitucional desmontó el intento del partido socialista de "catalanizar" Mallorca, dictaminando que el conocimiento de esa lengua no debe ser un mérito decisivo para contratar funcionarios. Por último, de nuevo en Andalucía, reserva estratégica de votos izquierdistas en España, una región que sigue estando entre las mas atrasadas de Europa después de casi cuatro décadas de gobierno socialista ininterrumpido, se encomendó a la valiente jueza Mercedes Alaya, la misma que está poniendo a la Junta de Andalucía contra las cuerdas por las corrupciones y abusos de los EREs fraudulentos, que juzgue los escándalos nauseabundos del sindicato socialista UGT, acusado de utilizar dinero público masivamente en comilonas, campañas de propaganda y otros destinos que reflejan un océano interno de trampas, despilfarros y estafas.
La actual concentración de miserias y desvergüenzas en el bando de la izquierda desplaza el protagonismo reciente de la derecha, implicada en mentiras, sospechas de corrupción y sobresueldos ilícitos en el "caso Bárcenas" y abusos como el de incrementar el dinero de los impuestos destinado a financiar los partidos políticos, a pesar de que mas del 80 por ciento de los españoles desean que los partidos, cada día mas desprestigiados y rechazados por los ciudadanos, dejen de recibir dinero público y se financien con lo que aporten sus afiliados y amigos. La competencia brutal entre esos falsos demócratas sólo demuestra que ambos bandos, la derecha y la izquierda, compiten con dureza por alcanzar en España el record de suciedades, abusos y violaciones de la democracia y la decencia. Para desgracia de los ciudadanos, secuestrados por una legión de políticos desalmados, no es fácil discernir cual de los dos bandos es el peor, el que roba mas, el que tiene mas políticos implicados en sospechas y delitos o el que con mas intensidad participa en saqueos y suciedades.
Esa dura competición entre gente que no merece gobernar es la que está precipitando a España en el desempleo masivo, la emigración de sus mejores jóvenes, el despilfarro, el endeudamiento enloquecido, la pobreza, el hundimiento de los valores, el secesionismo, el desprestigio del sistema y en una profunda tristeza que invade la sociedad y ensombrece la vida del que fue uno de los pueblos mas alegres del planeta.
Revista Opinión
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