Revista Historia

España les viene grande

Por Benito Sacaluga

ESPAÑA LES VIENE GRANDEDespués de lo que acabamos de ver estos últimos días, y de lo que llevamos viendo desde el 20 diciembre pasado, siento amplificada mi desesperanza. Poco importa a donde se mire y a quien se escuche. Los politicos, al igual que los leones del Congreso, se rugen entre ellos, con la zarpa puesta en su particular bola del mundo, nada más. Poco importan los análisis de la situación política que se vive en España que en tromba hemos tenido que soportar, todos sin excepción elaborados desde el partidismo, subjetivamente, en algunos casos acogidos a un sectarismo trasnochado. 
Si a los titiriteros que movieron en lugar equivocado sus muñecos se les pide cárcel, por considerar que su actuación puede ser considerada como apología del terrorismo etarra, prácticamente a la totalidad de los 350 diputados que salieron de las urnas el 20D se les debería privar de su escaño por el "delito" de apología de la estupidez y exaltación de la mediocridad. El Gobierno de España les viene grande a casi todos ellos.
Ninguno de los líderes de los cuatro partidos políticos en liza está facultado, ni minimamente, para dirigir los destinos de esta España recién despertada. Sus compañeros de grupo parlamentario tampoco, si nos atenemos a los efusivos aplausos que dedican a sus admirados líderes debemos intuir que piensan como ellos... o simplemente no piensan.
Rajoy es y ha sido siempre un títere en manos del capital. Sus escasas luces le hacen seguir la iluminada senda de su mentor, de Manuel Fraga, y de toda la incombustible oligarquía franquista, a los que desde su supuesta juventud debe su carrera política. Un Rajoy que ahora ha dejado de ser títere para convertirse en un pelele, y como tal en grave riesgo de que su cuerpo de paja sea sacado a las calles para ser manteado o quemado. Así lo quieren en su partido y así lo desean en Europa.
A Pedro Sánchez le falta experiencia y sobre todo el apoyo de la dirección de su partido, le han sacado a la arena cargado de un hándicap insoportable, de falta de poder para tomar decisiones. Su gran error ha sido aceptar las condiciones que la vieja guardia socialista, amamantada por Felipe Gonzalez y su deseada "gran coalición", le impuso. Ante el asco que le produce ponerse en las manos de PP ha admitido como socio a un partido cuyo lema principal está directamente tomado del discurso pronunciado por José Antonio Primo de Rivera en el madrileño cine Europa el día 2 de febrero de 1936:
"Por primera vez vemos a la Falange en una coyuntura electoral y nosotros, que no somos de derecha ni de izquierda sabemos que una y otra postura son incompletas".
Sánchez debería saber que con Ciudadanos jamás podrá llevar a cabo un programa de izquierdas, pero ...¿Acaso el PSOE sigue siendo un partido de izquierdas?
Pablo Iglesias sigue aferrado al mitín politico. Sus discursos no son tales discursos. En política los discursos tienen la finalidad de convencer a base de la exposición razonada. Un mitin no es más que un persuasivo reclamo electoral donde todo cabe e Iglesias sigue instalado en el, y lo hace además acentuando la génesis revolucionaria del mitin y su vinculación al radicalismo, olvidando que está en un parlamento y olvidando que sus propuestas han de ser presentadas como razonables y realizables. El gran merito que supone lo ya conseguido por Iglesias puede irse al traste en poco tiempo, solo la fermentación en el caldo de la oposición puede llevarle algún día al poder, ahora no es, ni mucho menos, su momento.
De Albert Rivera poco es necesario decir para justificar su inhabilitación como dirigente politico a nivel nacional.. Su astucia y la inacción de PP y PSOE le encumbraron en Cataluña, donde arropado con la bandera de España consiguió ocupar el espacio politico destinado a aquellos que son contrarios a la independencia del país catalán, y con ese único equipaje y el imprescindible apoyo económico por parte del poder empresarial y financiero, más la desaparición de UPyD, consiguió excelentes números en la autonómicas y en las recientes generales. Sus farragosos devaneos autonómicos con PP y PSOE. en aras de arrinconar a la Izquierda, se han puesto especialmente de manifiesto en Andalucía y  en Madrid. Ciudadanos es un partido de derechas, y como diría Rajoy "muy de derechas", aunque se aferre a ese etéreo espacio politico denominado Centro. Alguien dijo que el centro politico es solo una línea que separa la derecha de la izquierda, y yo estoy de acuerdo, basta repasar la nómina de los fundadores de UCD (Unión de Centro Democrático) para comprobar su total identificación con la derecha política y así ha sido desde entonces., tanto en el arco de la derecha como en el de la izquierda Más temprano que tarde, Ciudadanos se convertirá en el competidor directo del Partido Popular o desaparecerá a nivel nacional.
Ahora solo falta que me refiera al Jefe del Estado, al que por supuesto tampoco considero capaz para ostentar tan importante cargo. Al menos Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera han sido elegidos democraticamente, el Jefe del Estado no, eso es lo que hay, y lo hay por que así lo decidió Franco....y punto.
No, no me he olvidado de Alberto Garzón, el motivo de no haberle citado antes es que a él si le considero capaz de dirigir un Gobierno. Es el único politico que, a diferencia de los anteriormente citados, descarta los eufemismos y orgullosamente se declara comunista. No engaña a nadie y es honrado a carta cabal, dos virtudes imprescindibles para cualquier gobernante. Pero está solo ante los demás, el poder oligárquico no cesa en su empeño en destruirle utilizando para ello todos los medios a su alcance. Una nefasta ley electoral le ha robado literalmente un buen puñado de escaños y además le ha impedido tener grupo propio en el Congreso a pesar del millón de votos obtenidos.
Si viendo las sesiones de investidura he sentido indignación a causa del comportamiento y catadura de los líderes de los cuatro "grandes" partidos, esta indignación se ha elevado exponencialemente al ver a Alberto Garzón relegado a un escaño perdido en lo alto del hemiciclo. Indignación que se transformó en esperanza cuando vi y escuche sus dos intervenciones en las sesiones de investidura. Entre las dos unos escasos quince minutos, pero con más razón y contenido político que todas las interminables horas en las que sus opositores tuvieron el uso de la palabra, desde aquí le doy las gracias.
Benito Sacaluga.

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