El candidato Rubalcaba gira a la izquierda cuando toda Europa, acosada por la crisis, lo hace hacia la derecha. Cuando la izquierda en Europa es ya casi una pieza de arqueología, en España, donde, como dice el eslogan turístico, "todo es diferente", se amenaza a los banqueros, se habla de nuevos impuestos para los ricos y, desde un PSOE desesperado porque pierde votos, se genera más desconfianza e inquietud en los mercados y en el empresariado.
La política del PSOE y de su candidato, el viejo Rubalcaba, no cesa de sorprender por su inmensa insensatez. Apostar por el reparto, en lugar de por la creación de riqueza, cuando no hay riqueza alguna que repartir parece un planteamiento de locos, al igual que plantear más subidas de impuestos a una sociedad que no consume y que cada día engrosa las filas de los nuevos pobres y desesperados.
Todo parece indicar que Rubalcaba y su equipo, angustiados porque la sangría de votos socialistas no cesa, están realizando guiños a los indignados y a los movimientos de izquierda radical para ganar votos jóvenes y sangrar los caladeros de Izquierda Unida, ignorando que plantear una política electoralista en un momento en el que España necesita, por encima de todo, salvarse del hundimiento, es una actitud irresponsable e indigna.
Rubalcaba y los socialistas que le acompañan en su locura parecen ignorar que apenas quedan gobiernos de izquierda en Europa, que sólo los gobiernos de derecha han sabido pilotar sus naciones hacia la recuperación de la prosperidad, que hasta Portugal ha dado un giro hacia la derecha, apostando por la creación de riqueza, y que dos de los pocos gobiernos de izquierda que sobreviven en Europa son los de Grecia y España, dos países seriamente contaminados por la crisis y más incapaces de generar confianza y actividad económica.
Aunque el debate de la política mundial ya no es elegir entre derechas e izquierdas, sino entre demócratas y totalitarios, entre gente limpia y corruptos, entre dirigentes dignos y delincuentes en el poder, desde la óptica económica sigue existiendo una pugna entre políticas clásicas de derechas, que activan la creación de empleo y crean riqueza, y de una izquierda prostituida, que gerera miseria y la reparten, reservando para los "capos" la parte del león.
Mientras tanto, ante tanta locura política e insensatez en el liderazgo español, los ciudadanos incrementan su rechazo a la clase política y a la corrupción pública. Los políticos se afianzan como el tercer gran problema de España, después del desempleo y la crisis económica, según la última encuesta del CIS.
La actitud socialista evidencia no sólo una profunda locura política sino también un gran desprecio a la ciudadanía, que, según las encuestas, desconfía del gobierno de manera masiva y reclama elecciones anticipadas. También significa arrogancia y desprecio a los ciudadanos hacer campaña como candidato, de manera ya descarada, sin haber dimitido antes como vicepresidente y ministro del Interior del gobierno, otro comportamiento escasamente democrático y poco ético del candidato socialista.
Querer cobrar todavía más impuestos a los españoles, cuando todavía la clase política no ha dado muestras de asumir la austeridad que los ciudadanos le reclaman, es inmoral y políticamente ilícito, además de inconveniente porque subir impuestos, en las circunstancias presentes, significa deprimir todavía más el consumo interno, sembrar desconfianza en los mercados, acelerar el fracaso y el cierre de las empresas que queda vivas y expandir la angustia y la desesperación en una ciudadanía que está cargada de miedo y de desconfianza ante el poder y el futuro.
Claro que hay quien explica esa política en términos maquiavélicos y salvajes, asegurando, como ayer hacía uno de los comentaristas de este blog, que:
- "Para que pueda haber adeptos al socialismo tienen que existir descontentos, pobres, parados y marginados, que son la clase de gente que nutre de votos al socialismo. Por eso los "progres", ante la inutilidad de su credo en circunstancias favorables de la economía, roban para transformar el bienestar en paro, necesidad y pobreza y así poder obtener apoyos en las urnas".
Revista Opinión
Sus últimos artículos
-
El gran problema de España no es Sánchez sino el PSOE
-
La DANA de Valencia es el más miserable fracaso de los políticos españoles en muchos siglos
-
El triste fracaso del sanchismo deja una España gravemente enferma
-
Europa está en manos del verdadero neofascismo, la cultura woke marxista y progre