Revista Opinión

España: partidos políticos presos de sus promesas y paralizados por el miedo

Publicado el 01 junio 2015 por Franky
Es la hora de los pactos en España, pero pactar da miedo porque los partidos se sienten presos de sus palabras y promesas y tienen pánico a ser castigados en las urnas por sus traiciones. Para Podemos y Ciudadanos, los partidos que tienen la llave del poder en muchas regiones y ciudades, "casarse" con el PSOE o con el PP, dos partidos despreciados por el grueso de la ciudadanía y marcados por la corrupción y el abuso, es un riesgo terrible que no están dispuestos asumir, sobre todo cuando apenas quedan unos meses para la gran confrontación de las elecciones generales, donde va a dibujarse en serio el mapa del poder en España para los próximos años. --- España: partidos políticos presos de sus promesas y paralizados por el miedo En España no existe la cultura del diálogo, ni la del pacto, como tampoco existe ni ha existido nunca la cultura de la democracia. En esta España degradada que nos han construido los partidos que nos han gobernado desde la muerte de Franco solo han existido otras culturas mas lamentables e indecentes, como la dictadura del ganador y la compra de votos y apoyos a cambio de dinero, poder y ventajas.

La nueva era política inaugurada el 24 de mayo, en la que los ciudadanos han fraccionado el poder y otorgado la llave del gobierno a fuerzas emergentes como Podemos y Ciudadanos, es la del diálogo y el pacto, una cultura nada fácil y genuinamente democrática, desconocida en España y que no puede improvisarse.

En España se ha abierto un periodo político altamente complicado, en el que partidos en declive, como el PP, el PSOE e IU lucharán por sobrevivir y por acceder al poder como sea, para poder repartir privilegios entre los suyos, mientras que otros partidos nuevos, con gran proyección de futuro, centrarán su esfuerzo en no cometer errores para seguir disfrutando del apoyo popular, seguir creciendo y obtener una victoria todavía mayor en las próximas elecciones generales.

Los nuevos partidos, conscientes de que en España se está imponiendo una nueva forma de ser y de estar en la política, saben que incumplir las promesas, como hizo en esta legislatura, de manera arrogante y totalitaria, Mariano Rajoy, se paga con la muerte.

En estas circunstancias, pactar con partidos marcados por la corrupción y despreciados abiertamente por gran parte de la ciudadanía, es un compromiso y un riesgo de enorme envergadura para los partidos emergentes, lo que hace casi imposible esos pactos que son ahora imprescindibles para gobernar ciudades y regiones con estabilidad y fuerza.

Que nadie se extrañe si las elecciones tienen que repetirse ante la imposibilidad de formar gobiernos de coalición o si los gobiernos que asuman el poder lo hacen en minoría, con un poder frágil y provisional.

Nada quedará asentado en España hasta después de las elecciones generales de final de año porque la prudencia, el miedo y la falta de cultura de diálogo y pactos paralizarán a los partidos y dejará empantanada la vida política e institucional española.

Las experiencias del pasado no sirven y emponzoñan la posibilidad de pactar. Los nacionalistas catalanes, vascos, gallegos y andaluces, junto con Izquierda Unida, han pactado gobiernos en el pasado sin dignidad ni decencia, a cambio de dinero y puestos en el poder, algo que ahora no se atreverán a repetir porque han aprendido a temer la furia del pueblo, que no está dispuesto a soportar pactos contra natura como el que IU con el PP en Extremadura, que le ha costado a los comunistas extremeños desaparecer del mapa político.



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