Revista Política

España, pobreza absoluta

Publicado el 18 octubre 2013 por Fthin @fthin

Cuando en la mente occidental de los españolitos de a pie se pensaba en la pobreza aparecían imágenes de niños con barrigas hinchadas, semidesnudos y comidos a moscas en África o Latinoamérica. Esa pobreza consecuencia de un sistema económico inhumano e injusto sigue existiendo y creciendo, sin embargo la distancia con las imágenes africanas y latinoamericanas se ha hecho más cercana, y se encuentran justo al lado nuestro.

Ahora pensamos en el vecino que perdió el trabajo, la casa, toda protección social y que lo encuentras en el supermercado pidiendo en un vaso de cartón, bajando la cara cuando pasas por al lado para salvar la dignidad que le queda y no le han arrebatado. En las personas que se hacinan en los cajeros automáticos sufriendo las inclemencias del otoño que se avecina. En el “abuelo” que apareció por la tv que se quemó en una oficina bancaria. En las familias hambrientas buscando en los contenedores. O en los miles de pensionistas que acogen a sus hijos y nietos en sus casas y viven con sus menguantes pensiones. La pobreza extrema en una realidad en España y su expansión es más que evidente, como demuestran los estudios e informes que se realizan al respecto.

España, pobreza absoluta

Son las inevitables consecuencias del desmantelamiento del Estado de Bienestar que está realizando el Gobierno del Partido Popular. Cuando las mal llamadas reformas se ceban con los más débiles dejándolos sin cobertura social alguna no puede pasar otra cosa que el aumento de la desigualdad y la pobreza. Revestida de una falsa desideologización, hacer política de esta manera antepone la frialdad de los ajustes contables por encima de la persona. No somos ciudadanos somos costes, números. Pero se trata de lo contrario. Es la imposición de una ideología liberal a ultranza que deja sin protección alguna al ciudadano frente a la injusticia social.

Así, según su mantra ideológico, para hacer frente a estas situaciones de pobreza absoluta está la caridad del individuo. Recordemos que el catolicismo social acepta la pobreza como mal necesario y que sólo se puede paliar su sintomatología mediante la limosna obviando, por tanto, su erradicación. Pero la caridad, como dice Galeano, es humillante porque se ejerce desde arriba, se basa en la arbitrariedad de la voluntad del individuo que lo realiza motivado por sus creencias y se articula mediante la limosna.

La aceptación de idea, promovida por los medios, nos hace ver la realización de actos caritativos como muestras de la bondad de las personas (que lo son). Mientras, si defendemos que es el Estado el que debe hacerse cargo de luchar contra la pobreza con sus propios instrumentos nos lo venden como comunismo, totalitarismo, que atentamos contra la libertad de los individuos y nos mandan a Cuba. Ya se sabe que dar comida a los pobres es de santos, preguntar porque no hay comida para los pobres es de peligrosos rojos antisistemas. Porque frente a la caridad, la justicia social se basa en la solidaridad, que es horizontal e implica respeto mutuo, se fundamenta en la política y se articula a través del Estado en políticas sociales y derechos de obligado cumplimiento.

España, pobreza absoluta

Se ha llegado a tal punto en esta sociedad, en el que defender un Estado Social, Democrático y de Derecho frente a un Estado Benefactor te convierte en un radical.

Quieran ganar la batallas de las ideas para ganar la batalla política y diseñar una sociedad clasista, injusta, sumisa, insolidaria y sin capacidad crítica. Y así será. Mientras sigamos mirando para otro lado, la desigualdad y la injusticia social seguirán avanzando y nos dejarán nuevas imágenes en el subconsciente colectivo de la pobreza que cada vez se parecerán más a la realidad de nuestra propia vida.


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