¿Quien no ha visto en España a políticos que pasan de largo y dejan sin respuesta las preguntas de la prensa? El desprecio a la verdad y al derecho ciudadano a estar informado es vergonzoso en la mal llamada "democracia" española, donde hasta se ha llegado al extremo de convocar a la prensa para leerles un comunicado, sin permitirles preguntas, un comportamiento típico de las mas sucias tiranías. Los políticos españoles se creen con derecho a no responder las preguntas de la prensa, pero se equivocan porque la democracia exige que el pueblo esté perfectamente informado en todo momento y que la vida pública sea transparente y evidente para la sociedad. Pero esa democracia transparente, clara, limpia y enemiga de lo oscuro es desconocida en un país como España, donde muchos de los peores vicios del Franquismo siguen vigentes. ---
Los políticos españoles son, probablemente, los menos demócratas del mundo occidental y lo demuestran cada día con decenas de gestos: ignoran la separación de poderes, manipulan la Justicia, marginan a los ciudadanos, no rinden cuentas ante la ciudadanía, diputados y senadores desconocen a los que dicen representar, los corruptos y delincuentes con poder carecen del castigo merecido, los partidos y políticos apenas son controlados, los partidos anteponen sus intereses al bien común... Pero uno de los mas vergonzosos y antidemocráticos comportamientos de la degradada democracia española es la negativa reiterada de la clase política a responder las preguntas de la prensa.
Desconocedores de lo que la democracia significa y exige, los políticos españoles se consideran con derecho a callar ante los medios de comunicación, cuando en democracia están obligados a responder porque el periodista pregunta en nombre de una ciudadanía que tiene derecho a saber.
Pedro Sanchez, secretario general de un PSOE dividido, acaba de rechazar una pregunta sobre si se siente mas fuerte tras recibir el apoyo de Felipe González. El joven socialista se cree con derecho a guardar silencio, pero no lo tiene. La incultura democrática y el desconocimiento de las normas y exigencias de ese sistema son terribles en España.
La misión de la prensa en democracia es doble: informar a los ciudadanos con claridad e independencia y fiscalizar al gobierno y a los políticos en general.
El colmo de la desfachatez política y de la anti democracia mediática en España es la convocatoria de ruedas de prensa sin preguntas. Los periodistas están reunidos, llega el político, lee un texto y se niega a responder preguntas. Los periodistas aceptan ese juego sucio, cuando deberían abandonar la sala y negarse a cubrir esa información porque el método utilizado carece de garantías democráticas.
En las democracias avanzadas, la obligación de responder a la prensa es siempre respetada. Cuando un asunto es delicado o está sujeto a secreto, el político responde con un "No coment" (No hay comentario), pero el silencio tiene que estar muy justificado y no es admisible esa negativa a responder, tipicamente española.
Cuando un periodista americano pregunta sobre algo que, en su opinión, tiene interés para la sociedad, emplea ante su interlocutor la fórmula "El pueblo quiere saber" y el interrogado se siente obligado a informar a esos ciudadanos que allí si son respetados por ser los "soberanos" del sistema y los que pagan los sueldos.