Al contemplar anoche a Pedro Sánchez en "El Hormiguero" desplegado su festival de mentiras y exhibiendo su suciedad sin escrúpulos, es lógico pensar que nuestro país necesita con urgencia una purga de caballo, toda una revolución que la libre de la cochambre política que ha tolerado y soporta. Una vez comprobado que las instituciones españolas no han sido capaces de eliminar los graves peligros que amenazan a España, ni de librar a la nación de los depredadores sin ética ni escrúpulos que se han apoderado del Estado para destrozar la nación, parece que, por fortuna, el pueblo ha tomado conciencia del drama que padece y ha decidido actuar y ya está purgando el sistema y diezmando el poder. A juzgar por lo ocurrido en las recientes elecciones autonómicas y municipales del mes de mayo, los españoles, de manera pacífica pero con firmeza, están expulsando del poder a indeseables, crispadores y malos gobernantes, esos que gobiernan con la mentira y sembrando división y odio. Ya están fuera del poder Iglesias, Irene Montero, Colau, Ribó y Kichi, pero quedan por echar otros muchos, empezando por el peor de todos, Pedro Sánchez, y también su marca blanca y pupila, Yolanda Díaz. —-
Le llenan “Cambio de Ciclo”, pero es una verdadera purga. Parece que la derecha va a ganar el poder porque los ciudadanos van a hacer pagar a Sánchez sus mentiras, abusos y destrozos. No se pueden hacer las barbaridades que ha hecho el sanchismo sin pagarlo.
El bipartidismo ha muerto porque los españoles ya no se fían del PP y del PSOE y obliga a esos partidos a que pacten con los nuevos partidos que surgen para controlarlos, el PSOE con Podemos y Sumar y el PP con VOX.
La purga está en marcha y tuvo un momento de gran limpieza y efectividad el pasado 28 de mayo, cuando la izquierda fue barrida del poder en casi la totalidad de España, pero no será totalmente efectiva hasta que no incluya en la lista de expulsados del poder a los herederos de ETA y defensores del terrorismo, a los nacionalistas que odian y cambian votos por privilegios, al sanchismo, corruptor, corrompido e inmoral, a los defensores de la agenda 2030, a los totalitarios y a los muchos socialistas codiciosos y sin ética que han acompañado a Pedro Sánchez en su rastrero destrozo de España y de sus valores, gobernando contra la libertad y la nación.
La purga es la reacción de los españoles después de padecer infinidad de abusos y destrozos, que incluyen el saqueo fiscal, el despilfarro del gobierno, los privilegios de los desleales que odian a España, el endeudamiento atroz de la nación, violaciones continuas de la Constitución, corrupción a mansalva y un serio y profundo deterioro de la salud, la educación y los servicios públicos, entre otros muchos drama, como el avance de la pobreza, el asalto al poder judicial, la fiscalidad abusiva y el desprecio y acoso a las clases medias y al mundo empresarial, genuino creador de empleo y riqueza.
Por el momento, la purga no ha tocado al PP porque librar a España de la enfermedad sanchista y del nacionalismo que odia a España es lo más urgente, pero el PP está en la mira del pueblo, que no soporta su cobardía, su secreta admiración del socialismo y su obediencia mafiosa al Nuevo Orden Mundial y a la Agenda 2030. Pronto, después de la purga a la izquierda degradada, le llegará su hora, si no realiza una transformación democrática profunda.
La purga exige que el poder vuelva a ser del pueblo, como establece la democracia, que desaparezcan los chiringuitos creados por el poder socialista para mantener a sus miembros y amigos y que la corrupción, que abarca en España casi la totalidad de las instituciones y la vida diaria, sea perseguida y castigada con dureza.
La purga quiere acabar también con los seguidores de la agenda 2030 y con la marea de políticos traidores que obedecen más a los poderes ocultos del mundo que a sus ciudadanos, cuyos intereses descuidan y cuya voluntad popular violan con frecuencia.
La purga incipiente ya ha llegado a muchas comunidades autónomas y a miles de ayuntamientos corruptos que han sido derrotados y sustituidos, pero todavía no ha alcanzado al corazón del Estado, podrido y desalmado, a algunos gobiernos autonómicos, a los ministerios, a la Moncloa al tribunal Constitucional, a la Fiscalía del Estado y a cientos de empresas y espacios públicos donde Pedro Sánchez ha colocado a sus secuaces, eliminando la independencia y los valores que se exigen en democracia.
La purga en marcha de la pocilga española creada por el sanchsmo es un acontecimiento exultante y lleno de esperanza, todo un cambio de rumbo de una España a la que el vicio y el mal gobierno ha postrado, desarbolado y privado de energía, valores, esperanza, limpieza, peso y prestigio en el mundo.
Francisco Rubiales