¿Qué España es la que se niega a defender en Europa a las minorías cristianas, y se niega a oponerse a la "cristianofobia" ambiental en no pocos lugares del mundo de mayoría musulmana?
Es difícil pensar que se trate de la España real, y en cambio es muy fácil pensar que se trate -como se trata- del gobierno socialista español. Mejor decirlo claro y sin ambages.
Sorprende que el gobierno español transija con todo lo que la minoría musulmana de españoles o residentes en España desean por activa o por pasiva, al tiempo que resulte intransigente en Europa hatsa el punto de impedir que se condenen los ataques contra personas y entidades cristianas en buena parte de los países musulmanes.
El caso es que cuenta Javier Lozano que el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, ha desvelado que España se ha negado a firmar un documento de defensa de las minorías cristianas, mientras el Consejo de Europa insta a luchar contra la cristianofobia:
En los últimos meses se han hecho públicos un gran número de incidentes que han puesto de manifiesto la grave situación que viven las minorías cristianas en países de mayoría musulmana. Algunos mandatarios internacionales han denunciado estos actos e incluso el Consejo de Europa ha llamado a luchar contra la cristianofobia. Sin embargo, la respuesta de España, país de tradición cristiana, ha sido el silencio.
De hecho, es muy reseñable lo que este martes desveló el ministro de Exteriores de Italia, Franco Frattini. El que fuera vicepresidente de la Comisión Europea afirmó que España se opuso a la defensa de las minorías cristianas en un documento que preparaba el Consejo de Ministros de Exteriores de la Unión Europea celebrado esta semana.
En este sentido, el político italiano recordó que en "materias de política exterior" la UE "decide por unanimidad" por lo que debido a la oposición de España y otros cuatro países (con gobiernos no integrados en el partido popular europeo) no se pudo aprobar el documento que denuncia la grave situación que viven.
Benedicto XVI, en nombre de los católicos y del Vaticano, denunció los ataques a los cristianos, lo que le ha supuesto duras críticas desde Egipto tanto desde las autoridades civiles como desde los líderes islámicos.
Nicolas Sarkozy, ha sido el político que se ha manifestado con mayor contundencia. Durante el discurso de Año Nuevo ante las autoridades religiosas francesas, denunció el "plan particularmente perverso de depuración religiosa en Oriente Medio", tras el atentado que costó la vida a 23 coptos en Egipto y la persecución que sufren algunas comunidades cristianas en esa región.
El silencio de España quedó muy de manifiesto con dos hechos muy concretos que han conmocionado a la comunidad internacional. El grave atentado en Egipto y el drama de Asia Bibi en Pakistán.
La escalofriante situación de los cristianos en estos países contrasta con el miedo de occidente, donde España está a la cabeza, en cuanto a la permisividad con el islam radical en sus países. No condenó por ejemplo las amenazas a una discoteca en Murcia, que se llamaba La Meca, y que cambió su nombre ante las presiones. O las amenazas por las polémicas viñetas publicadas en medios europeos e incluso su silencio ante la policía islámica del imán de Lérida. El silencio del Ejecutivo socialista se da en el interior con los musulmanes y en el exterior con la persecución a los cristianos.