Regularmente, y cuando se acercan los grandes gastos populares como las Navidades, las oenegés recaudan fondos diciéndole a los ciudadanos que cada vez hay más pobres en España, que crece la desigualdad entre ellos y las clases acomodadas, y mucho más entre estas y los grandes ricos.
Sin embargo el “Informe mundial de desigualdad global 2018”, elaborado por un enorme equipo de economistas y sociólogos de distintas tendencias ideológicas, incluido el famoso izquierdista Thomas Piketty, señala que la desigualdad de la riqueza no ha aumentado en España desde hace treinta años.
Que además es uno de los países de menor desigualdad del mundo: todos los ricos con la excepción de Japón son más desiguales que España; incluso la todavía pobre China comunista.
Uno de los motivos es que el 84 por ciento de los españoles viven en casa propia, algo menos común en otros países más ricos, con lo que su patrimonio también es más elevado que el de un alemán, aunque parezca mentira,.
Más de la mitad de la riqueza de española es inmobiliaria, por lo que, con la explosión de la burbuja a partir de 2008 el valor de las propiedades, tanto de los grandes propietarios como de los pequeños, hizo que la diferencia de riqueza permaneciera constante entre unos y otros.
A pesar de que el diez por ciento de los ricos poseen en cincuenta por ciento de la riqueza, el incremento del bienestar desde hace medio siglo fue proporcionalmente similar y se acerca al 700 por ciento.
Es mentira por tanto que los ricos sean cada día más ricos y los pobres cada día más pobres: la verdad es que los ricos aumentan su riqueza, pero los pobres simultáneamente reducen su pobreza.
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SALAS
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OTRO QUE GOZA SALIENDO DE RICO A MÁS RICO CUANDO RECIBIÓ DEL ENTONCES PRÍNCIPE Y POR ENCHUFE UNA BECA DE 15.000 EUROS