Revisando solamente los principales titulares de este mes de julio, se llega a la conclusión de que el PP de Aznar va bastante mal, lo que repercute en la España que gestiona.
El nacionalismo vasco retó al Estado con una rebelión autodeterminista para tomarse unilateralmente unas atribuciones que deben discutirse; Marruecos invadió el islote Perejil y cambió definitivamente la relación España-norte de África.
La bolsa cayó libremente e importantes empresas y bancos aparecieron engañando a sus accionistas y al fisco; el turismo perdió entre el cuatro y el 25 por ciento, y las grandiosas obras públicas de Álvarez Cascos fueron tan limitadas que tuvo que inaugurar por segunda vez en Cádiz la inconclusa estación de ferrocarril.
La sociedad española ocupa el tercer lugar por la cola de la UE en desarrollo humano y es la última en camas hospitalarias; crece la distancia entre pobres y ricos; el 80 por ciento de los jóvenes con trabajo solo tienen contratos temporales; la reforma educativa subvenciona el doble a los centros privados que a los públicos; se le retiran las becas a 8.000 estudiantes con rentas bajas; la delincuencia crece el cinco por ciento.
Ah, y el llamado Bamby del PSOE, Rodríguez Zapatero, es una hiena de cejas agresivas y palabras suaves, todavía pequeña, pero capaz de enfrentarse al oso del PP.
Todas estas son exclusivamente noticias del mes de julio, pero todavía hay medios de cabecera de José María Aznar que repiten que el PP y su España van bien.