En plena campaña secesionista catalana, el prestigioso historiador británico Henry Kamen desmonta la falaz y manipuladora visión nacionalista de la Historia.
Antes de comenzar a escribir este artículo quiero dejar claro una cuestión. Henry Kamen lleva 20 años viviendo en Cataluña y está casado con una catalana.
Cubierta de: España y Cataluña. Historia de una pasión
En España y Cataluña. Historia de una pasión, el gran hispanista Henry Kamen lleva a cabo una aguda reflexión sobre las relaciones históricas entre España y una de sus unidades constitutivas, Cataluña, centrándose en los sucesos acaecidos en 1714 y en la mitología que se ha generado sobre ellos. Porque, a lo largo de su historia, Cataluña ha sido víctima de ciertos procesos de desinformación fomentados por aquellos que prefieren no esforzarse en la comprensión de su pasado, que ha sido sistemáticamente distorsionado por ideólogos, políticos y periodistas que suelen basar sus discursos en información poco fiable.
Para Kamen, Cataluña no quedó aplastada ni reducida a la nada tras el 11 de septiembre de 1714 ―cuyo tercer centenario se conmemora ahora―, sino que siguió siendo una región importante, próspera y floreciente, el territorio más rico de España. Así lo explica en estas páginas y así recuerda a los que perdieron hace tres siglos, unos hombres que compartían los mismos valores que la mayoría de los catalanes de hoy: la creencia en la unidad de España, pero también en la esencia y el carácter particular del pueblo catalán.
En palabras del autor: «Este breve ensayo lo componen una serie de reflexiones sobre las relaciones históricas entre España y una de sus unidades constitutivas, la región de Cataluña. Y así, la atención del mismo se concentra en Cataluña, pero también tiene en cuenta las diferentes actitudes castellanas frente a esta región. Escrito más como una meditación a vuelapluma que como un libro formal de historia, en general no cuenta con notas a pie de página, ni referencias bibliográficas, [...] salvo en el núcleo fundamental del ensayo dedicado a los sucesos acaecidos en 1714 y a la mitología que se ha generado en torno a ellos, en cuyo caso sí consideré necesario aportar ciertas referencias documentales.
Es una lástima que la historia de Cataluña haya sido inadecuadamente estudiada por los historiadores, y sistemáticamente distorsionada por ideólogos, políticos y periodistas que, con mucha frecuencia, basan sus discursos en información poco fiable. A lo largo de su historia Cataluña ha sido víctima de ciertos procesos de desinformación fomentados por aquellos que prefieren no esforzarse en el estudio de su pasado. Por ejemplo, una guía turística actual (en inglés) ofrece a los lectores el siguiente resumen estrafalario de la historia de Cataluña: «A lo largo de todo el siglo XVI, Cataluña siguió sufriendo bajo el poder de la Inquisición y —privada de oportunidades comerciales con América— se convirtió en una región empobrecida. Las guerras de los Habsburgo acabaron con la vida de miles de soldados catalanes, el bandolerismo aumentó en la región a medida que la situación económica empeoraba y se produjo un estallido migratorio [...]. En la Guerra de Sucesión española, Cataluña se alineó con el bando austríaco en un intento de reconquistar sus antiguos fueros y con la esperanza de que la victoria le proporcionara alguna posibilidad de entablar relaciones comerciales con América. Tras el 11 de septiembre [de 1714], Cataluña quedó aplastada ». (De The Rough Guide to Barcelona, 2013). Uno no sabe si reír o llorar ante tanta insensatez.
Naturalmente, Cataluña no quedó aplastada ni reducida a la nada tras aquel 11 de septiembre de 1714, fecha de la rendición de Barcelona durante la Guerra de Sucesión tras varios meses de asedio. Cataluña siguió siendo una región importante, próspera y floreciente, el territorio más rico de España. Este año [2014] se conmemora el tercer centenario de los acontecimientos de 1714, y este libro pretende participar también de esa conmemoración, pero —confío— sin contribuir a la escalada de desinformación que se está perpetrando por todas partes. Los hombres que tomaron la decisión equivocada en 1714 —y perdieron— eran hombres que compartían los valores que la mayoría de los catalanes comparten a día de hoy: la creencia en la unidad de España, pero también en los valores y el carácter particular del pueblo catalán. Uno de ellos, a quien he estudiado en profundidad, y ante cuya tumba a menudo me he detenido a reflexionar, fue Narcís Feliu de la Penya, abogado en Barcelona. Sus ideas fueron muy importantes en la Barcelona de 1714, porque se sentía catalán y español a un tiempo. Sin embargo, ahora sus ideas se han apartado del discurso público porque no era separatista: un expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ha afirmado incluso que Feliu de la Penya «ya no es un punto de referencia para Cataluña». El mismo Jordi Pujol que solemnemente, delante de mí, en un discurso pronunciado en la Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona, el 7 de noviembre de 1983, proclamaba: «Para los que tenemos como objetivo básico la construcción de una Cataluña sólida y progresiva, la figura de Narcís Feliu de la Penya es del todo actual».
El hecho es que ninguno de los hombres de aquella malhadada generación de 1714 puede ser un punto de referencia, porque todos ellos esgrimieron que su causa era «per la patria i per tota Espanya», una frase que ningún político separatista pronunciaría jamás en la actualidad. A pesar de ello, no he dudado en situar a Feliu de la Penya al frente de este libro y como principal inspiración del mismo, confiando en que pueda ser «un punto de referencia para Cataluña» mucho tiempo después de que su recuerdo entre los últimos presidentes catalanes se haya desvanecido. El presente libro aborda a un tiempo el análisis y la crítica, pero tanto si atacas como si defiendes la posición de la Cataluña actual, no hay mejor consejo que aquel que dictó otro colega de Feliu de la Penya y que participó en los acontecimientos de 1714: «Es reparable denegrir a bulto [Es injusto denigrar en conjunto a] toda una nación sin profundizar el origen de los motivos y causas que precedieron» (Francesc de Castellví).
Henry Kamen y Guillermo Lorén
La fabricación del mito de 1714
La Guerra de Sucesión española (1702-1713) no es un episodio bien conocido. ¿Qué ocurrió en Cataluña? Allí, dos siglos después de la guerra, escritores regionalistas redactaron narraciones sobre el cambio en el destino de su país. Según ellos, el estado español, inspirado por una ideología totalitaria, atacó al pueblo de Cataluña. Toda Cataluña se rebeló para defender su constitución. El poder militar, sin ofrecer otra salida, aplastó a los catalanes, abolieron sus leyes democráticas, impuso un régimen de terror, y dejó a Cataluña en la una miseria económica. Se prohibió hablar o escribir en catalán.
Esta versión, y también el concepto de una rebelión popular, es incorrecta. La enérgica resistencia de Barcelona a los ataques de la marina británica en septiembre de 1705 demuestra que los catalanes no estaban bajo ningún concepto en favor de la rebelión contra su rey Felipe V, aunque existiera la semilla del descontento. El compromiso catalán por la causa de los británicos adquirió mayor relieve con el acuerdo de Génova en junio de 1705 entre un pequeño grupo de catalanes descontentos y agentes de la corona británica. A cambio del apoyo de los catalanes a Carlos III, el candidato austriaco a la corona española, los británicos les abastecerían con hombres y armas, y protegerían los fueros de Cataluña. Pero ellos no hablaban de ninguna manera en nombre de todos los catalanes. Como en otras partes de la península, la gente de Cataluña difería en sus opiniones sobre el apoyo a Felipe V o al archiduque.
El asedio de Barcelona en 1714, cuyo tercer centenario se conmemora este año, es el centro del mito. Según el historiador catalán Víctor Balaguer en el siglo XIX, «Cataluña toda se declaró contra Felipe V». ¿Toda? Balaguer fue el historiador oficial de Cataluña, pero era sobre todo poeta, y su historia es fundamentalmente una compilación de imaginaciones románticas. La afirmación de un levantamiento nacional contra Castilla no tiene ningún fundamento. Como en los otros reinos de la corona de Aragón, una buena parte de la clase alta – en Barcelona, Tortosa, Reus y otros pueblos – favorecía el régimen existente (de Felipe V) y decidieron no hacer nada hasta que los acontecimientos militares les forzaron a ello. En cambio, hubo conflictos entre los mismos catalanes, se produjo una división civil más que un rechazo a la monarquía española. En ningún momento hubo un apoyo unánime o aún mayoritario en Cataluña a favor del archiduque.
Fue Barcelona misma la que provocó la abolición de las leyes catalanas. En una sesión especial de las Corts, en junio de 1713, dos de los tres braços —una mayoría— votó en primera ronda a favor de la rendición. Tras las alegaciones y las subsiguientes votaciones, dos de los braços finalmente votaron a favor de la resistencia y la lucha, y se le declaró la guerra a Felipe V el 9 de julio de 1713. Fue esta votación insensata la que decidió la suerte de Barcelona. Por aquellas fechas casi toda Cataluña había aceptado al rey Borbón. «Los representantes de Bages, Ripoll, Camprodón, Olot y más de cuarenta ciudades de Cataluña fueron a comunicar su rendición a los gobernadores de Girona, Tarragona y Tortosa», informa un testigo. Mataró también comunicó su lealtad al rey borbón por aquellas fechas, y Vic lo hizo en agosto. La historia nacionalista ha omitido cuidadosamente estos detalles y los nombres de estas ciudades.
¿De verdad Barcelona fue unánime en su decisión de resistir? Hay que considerar el papel que tuvo la parte de Barcelona que no apoyó la rebelión, en realidad sólo una sección de la elite barcelonesa. Una prueba significativa de la profunda división de opiniones entre los mismos catalanes es que el abad de Montserrat confirmó su lealtad al rey.
Aún más, Barcelona fue responsable de su propia destrucción en la famosa batalla.
¿Eran separatistas los rebeldes? De ninguna manera. Los rebeldes de 1714 eran firmes partidarios de la unidad de España, que ellos entendían que representaba el reconocimiento de un rey (el austriaco Carlos III) y de una nación con comunidades autónomas que preservaban sus constituciones históricas. En las últimas fases de la defensa de Barcelona las autoridades hicieron un llamamiento al pueblo para que luchara «per son honor, per la pàtria i per la llibertat de tota Espanya». La «patria» se veía como una entidad integrada en el contexto de «Espanya». Los catalanes rebeldes luchaban por una España libre, no por su independencia de España. Pero al mismo tiempo luchaban por sus propias leyes, como dejaron claro en los últimos intentos de negociación.
Ni el año 1714 dio nacimiento a ningún fervor nacionalista, ni de allí nació ninguna ideología separatista. En ningún momento y por ningún aspecto puede deducirse que los rebeldes de Cataluña entendieran que había una divergencia entre sus intereses y los de España: continuaban compartiendo ideas, aspiraciones y la vida social y económica de la vieja España que siempre habían conocido. La tensión entre España y Cataluña condujo a un proceso de formación mitológica que aún sigue activo a día de hoy. En resumen, el modo en que podemos observar el pasado de Cataluña en las primeras décadas de la época moderna ha quedado profundamente afectado por los mitos que se inventaron posteriormente, en el siglo XX.
Lee las primeras páginas.
Henry Kamen
El autor:
Henry Kamen nació en Rangún, Birmania, el 13 de octubre de 1936, y tiene la nacionalidad británica. Ha sido profesor en distintas universidades de España, Gran Bretaña y Estados Unidos, así como en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Barcelona. Autor de estudios fundamentales sobre la historia de Europa de la época moderna, entre ellos cabe destacar: Felipe V: el rey que reinó dos veces (2000), Felipe de España (2001), Imperio: la forja de España como potencia mundial (2003), Los desheredados (2007), El enigma de El Escorial (2010), La Inquisición española: una revisión histórica (2013), El gran duque de Alba (2005),Bocetos para la Historia (2006) y El rey loco y otros misterios de la España imperial (2012), estos tres publicados con gran éxito en La Esfera.
El Libro:
España y Cataluña. Historia de una pasión ha sido publicado por la Editorial La esfera de los Libros en su Colección Historia. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta, tiene 307 páginas.
Tengo que añadir que Henry Kamen siempre escribe en inglés, y este libro ha sido traducido por José C. Vales.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento pongo una entrevista de Libertad Digital a Henry Kamen con motivo de la presentación del libro.
Henry Kamen presenta su nuevo libro ‘España y Cataluña. Historia de una pasión’
Para saber más:
OTROS LIBROS DEL AUTOR
EL GRAN DUQUE DE ALBA
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BOCETOS PARA LA HISTORIA
EL REY LOCO
ESPAÑA Y CATALUÑA