Revista Informática

España y la ausencia de segundas oportunidades

Publicado el 01 agosto 2014 por Lauratuero @incubaweb

Siempre que hablamos de emprendimientos decimos que una de las claves para tener éxito en lo que nos propongamos tiene que ver con ser conscientes totalmente de que existe una posibilidad de fracasar un par de veces en el camino. Sin embargo, no es menos real que si emprendimientos fallidos tienen todos los países, en España tener una mala experiencia hace que prácticamente debamos retirarnos del mercado, en lo que se denomina la ausencia de segundas oportunidades.

Segundas oportunidades, en el debe de España

En efecto, cuando hablamos de que en España los emprendedores no tienen segundas oportunidades, nos nos referimos a una cuestión moral o ética, sino incluso legal. Sucede que para que tomemos dimensión al respecto, podemos ver que en Europa, sólo cuatro países no cuentan con las famosas leyes “de segundas oportunidades”. Son Hungría, Bulgaria, Croacia, y sí… España.

España emprendedores segundas oportunidades

Básicamente lo que la situación anterior quiere decir, es que cuando un empresario fracasa en España, sus deudas se mantienen eternamente, y eso hace que las posibilidades de éxito en su próximo emprendimiento sean casi nulas. No es casual que el propio Fondo Monetario Internacional, FMI, le haya pedido al Gobierno que haga algo al respecto, permitiendo a quienes buscan un futuro por cuenta propia, comenzar de cero en una segunda oportunidad.

Esta falta de lo que en el mercado internacional se denomina “Fresh Start”, es decir un comienzo desde cero, en igualdad de condiciones, lleva también a que en España hayan florecido en los últimos tiempos emprendedores tan preocupados por su éxito como por ocultarlo a los entes tributarios. Y no lo hacen porque sean deshonestos, que los habrá, sino porque buscan cubrirse económicamente en caso de que las cosas no salgan como pretenden.

Los bienes personales, otro riesgo

Como además de todo esto las leyes en España establecen que un emprendedor primero, y empresario luego, tiene que responder con su propio patrimonio en caso de no poder hacer frente a las deudas, nosotros nos preguntamos, ¿aquí faltan segundas oportunidades, o también se están limitando desde un principio las primeras?

Fuente: El País


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