Así es. La lideresa ha pasado por distintos momentos difíciles. Hablo políticamente. Ha estado herida de muerte y siempre ha resucitado. La Lázaro de la política ha conseguido levantarse en muchas ocasiones, después de vivir al límite político. Pero, a mi modo de ver, ya ha llegado a la meta y está en coma político a punto de entrar en el Tanatorio.
Lo grave es que ya no la pueden mandar al Senado, porque ya estuvo allí, así es que seguro que ahora podrá llevar a cabo ese deseo que nos transmitió cuando dejó la Presidencia de la Comunidad, dedicarse a su familia y a cazar talentos que como todos sabemos se le da de miedo.
Con el destape de la operación Púnica le han dado la puntilla. Su amado, su muy querido compañero popular, número tres de su gobierno y número dos de su partido en Madrid, era un chorizo de tomo y lomo, y ella como siempre ocurre, no sabía nada la pobre. Ni de su amigo Francisco Granados ni de los alcaldes implicados. Ha sido una gran sorpresa que dice que la ha indignado.
Y es que no se puede jugar con fuego siempre, porque lo normal es que uno se queme. Y ahora está chamuscadita. Se marchó de la primera línea política dejando heredero a su otro protegido, Ignacio González, que todavía no ha despejado su turbio asunto de su ático en Marbella, y creyó que haciendo un paréntesis podría volver con fuerza suficiente para aspirar a la alcaldía de Madrid.
Claro que en este tiempo esa impunidad de la que se creía dueña, la ha abandonado. Y, creyó que podría hacer lo que quisiera, por ejemplo, enfrentarse constantemente, desde bambalinas, con su jefe Rajoy, o también pensó que podía aparcar donde le saliera del moño, por ejemplo en la Gran Vía madrileña, así como enfrentarse con los agentes y la policía municipal, y le salió el tiro por la culata. Hoy está imputada y este caso le hizo perder prestigio por prepotente y soberbia. Pero lo que nunca imaginó es que se destapara la trama de corrupción Púnica, donde su segundo durante siete años, Francisco Granados, y cuatro alcaldes de su partido en la Comunidad se han puesto las botas y hoy están detenidos.
Cuando se supo la trama la lideresa reaccionó y la misma tarde del lunes dio una rueda de prensa. Allí, pidió perdón y puso en entredicho –una enmienda a la totalidad-- a los popes de su partido, a Rajoy y a Cospedal, entre otros peperos importantes, llamándoles al orden y acusándoles de esconderse, sin nombrarles. Pero claro, fue un perdón sin precio. Porque con ese acto pretendía haber pagado el precio político y evitar su dimisión, aunque para ello mintió miserablemente, como es su estilo –recordemos cuando dijo que ella había destapado la trama Gürtel—, pues anunció que desconocía a los alcaldes peperos implicados y luego resulta que se han descubierto fotos con cada uno de ellos.
Ahora sí, ahora parece que está tocada de verdad. Esta populista desvergonzada que con su estilo chabacano niega lo más obvio ha llegado al final de su carrera. Por un lado, de eso se van a encargar Rajoy, Cospedal y demás gente de Génova que, si tenía alguna posibilidad de ser candidata a alcaldesa, la van a vetar totalmente. Y, por otro lado, los ciudadanos, hartos ya de mentirosos desvergonzados ven como esta política hábil cae y se levanta después de mentir, después de cargarse Telemadrid, después de ser acusada de montar una trama de espionaje interno, de haber financiado ilegalmente campañas electorales como la de 2003 (recuerden: cuando el Tamayazo) por medio de su fundación en Madrid: Fundescam. de haber permitido el mangoneo de Caja Madrid, en la que influyó y puso y quitó consejeros. No olvidemos que puso que cuando había dudas de pucherazo –el Tamayazo—, ella puso de presidente de la comisión de investigación al hoy imputado y ladrón Francisco Granados, la cabeza de esta trama corrupta.
Y también es responsable de la malísima gestión de la crisis del Ébola por parte de la C.A.M. (recordemos que González no es sino un monaguillo de la condesa consorte que hace lo que ella manda).
Pues sí, parece que esta vez es definitiva. Ojalá que esta desvergonzada crisis y que estos chorizos y sinvergüenzas que nos han robado, al menos, sirva para dejar apartada de la política a esta mujer, cuyo daño irreparable a la C.A.M. quedará per sécula-seculorum.
Una mujer que quiso ser la Thatcher española y que para ello no se cortó un pelo y se enfrentó contra todo y todos, incluso dentro de su propio partido, y para ello creó una red clientelar que al final la está sepultando políticamente.
Salud y República