Su capacidad de retar a los ciudadanos y de echar un pulso a sus contrincantes no tiene parangón, es el sumun de la chulería.
Busca provocar, de forma que no hace sino dividir a los madrileños entre seguidores forofos y detractores que la detestan. Con ella no hay término medio.
Ahora la cosa ha ido con el Metro. El transporte público por excelencia en Madrid. Una ciudad contaminada, atascada de tráfico y sin apenas zonas peatonales. Bueno, pues la señora en ciernes ha decidido hacer publicidad del precio –de lo barato que es— del billete del Metro.
Y naturalmente lo hace a su estilo. O sea publicitando una verdad a medias. Habla del precio en España comparado con otro países. Una comparación falsa. En primer lugar, porque compara sólo con los que tienen el precio más alto, por ejemplo, no habla de Roma que el precio es de un euro, o de Beijing, México o Buenos Aires, donde el precio es muy inferior. Además, lo que hay que medir es el esfuerzo económico que supone el precio del metro sobre el poder adquisitivo de los madrileños. Como se lo ha demostrado algunos de los usuarios que le han corregido su publicidad, poniendo al lado los salarios mínimos.
Porque, ¿a mí qué me importa pagar la mitad por viajar en Metro, si resulta que gano la cuarta parte que un ciudadano de otro país? Esa, es la comparación que hay que hacer. Y ahí, la Espe y su equipo pierden la batalla. Su publicidad es, como viene a ser su actividad política, fraudulenta. Habría que ver, también, cuáles son los salarios medios de las distintas ciudades. Y la comparación que pueden ver en el montaje publicitario es diáfana:
Dos son los objetivos que perseguían Espe y Cía, por un lado, la publicidad engañosa por si cuela (sin duda, cuela en muchos madrileños) y, por otro, ir preparando al personal para una nueva subido --probablemente en abril—, puesto que pretenden hacernos creer que nuestros precios son “los más bajos”.
Además de la comparación anterior, hay cuestiones que afectan a la comparación del precio en el transporte público de Madrid. Por ejemplo:
- En París el precio es por trayecto urbano, es decir, puedes coger el metro, bajar en una estación y allí subirte a un autobús que te lleva a tu destino sin pagar un nuevo billete. Hay otras ciudades que también disponen de esta ventaja. Esto aquí no pasa, si para llegar a tu destino necesitas metro + autobús pagas 2 billetes.
- En Londres, el precio incluye trayectos de más de 30 kilómetros fuera de la “City”. Sin embargo, en Madrid, cuando sales de la ciudad, tienes que pagar el suplemento de otro billete, dentro del metro (p.e. en el caso de Rivas y de San Fernando, poblaciones que están a 15 Km del centro de la ciudad.
Salud y República