Si sois como yo, que no os gusta pagar por una aplicación que no conoceis o no sabeis bien como es, esta entrada es la vuestra. Muchas veces ocurre que queremos u oímos hablar de una aplicación, pero no sabemos si será lo que necesitamos o si nos compensa pagar el precio que pueda tener en el Market. Para estos casos, no está mal descargar la aplicación para, una vez instalada, probarla y, si es de nuestro agrado, pagar su justo precio.
Esta función, a pesar de ser bastante demandada, no está implementada en la tienda de Android, por lo que hay que recurrir a formas de dudosa legitimidad “tradicionales” para realizar estas pruebas. Básicamente, realizaremos la operación clásica del busca–descarga–instala a la que tan acostumbrados estamos en nuestros ordenadores personales.
Las aplicaciones de Android son ficheros con extensión .APK, las cuales, una vez copiadas en la tarjeta SD y ejecutadas desde el terminal, se instalarán y funcionarán como si las descargásemos del Market. Podremos instalarlas desde un explorador de ficheros, como el OI File Manager.
Sin embargo, antes de instalar el .APK debemos configurar el dispositivo para que la instalación de “fuentes desconocidas” se habilite. Para ello, vamos la configuración del terminal, aplicaciones y marcamos la opción “Orígenes desconocidos”. De este modo, podremos instalar cuanto APK caiga en nuestras manos o, mejor dicho, en nuestras tarjetas de memoria.
Una página muy buena, en la que hay muchas aplicaciones, es Free Android Ware.
Si conoces alguna página desde la cual descargar aplicaciones para Android, deja un comentario, el compartir información nos favorece a todos.
NOTA: en ningún momento se redacta esta entrada con ánimo de inflingir las leyes ni derechos sobre la propiedad intelectual ni ninguna ley sobre piratería. Esta es una entrada meramente orientativa y, como se aclara al inicio de la misma, sólo se explica para poder probar aplicaciones que, una vez comprobada su utilidad, será comprada por medios oficiales. En este blog estamos en contra de cualquier tipo de atentado contra los derechos de los programadores.