"Blancanieves y el principe
sin su final feliz"
"La esperanza de fantasía
en las manos de una bala perdida"
Lo primero que salta a la vista es que con otro enfoque más infantil y/o más efectista, la trama podría haber sido un completo desastre, o al menos mucho menos interesante de lo que finalmente resulta. Gracias a los elementos heredados de Lost, y a otros ajenos a la simpleza de los cuentos infantiles, como por ejemplo las interpretaciones (tomadas éstas más en serio), o al tono general de la serie (más oscuro y sutil), hacen que toda esa inocencia entrañable y familiar pero lejana al telespectador más adulto, propia de los cuentos de hadas, se convierta en algo mucho más estimulante de lo que cabría esperar. Así pues nos adentramos rápidamente en un universo propio (aunque siempre muy reconocible), donde lo que realmente importa es ir descubriendo que papel van a jugar los diferentes personajes de siempre en un mundo al que, sin duda, no pertenecen, pero del que, por otra parte, no pueden escapar, porque ni siquiera son conscientes de sí mismos. Ahí radica la magia de la serie, y en ese lugar estará siempre escondido el secreto de su éxito o el de su fracaso.
Aunque, como ya he dicho, el planteamiento resulte brillante y muy seductor, que el desarrollo de la historia sea igual de cautivador es una incógnita que me sigue dejando demasiadas dudas. Pero no adelantemos acontecimientos. Lo que importa ahora es que, de momento, estoy dispuesto a seguir leyendo más allá de ese “Erase una vez”. Lo demás, por ahora, sólo son cuentos chinos.
"Cristina Ricci pone
un toque Freak a
una historía tan luminosa"
Ligera, sin demasiados dobleces, y sobre todo muy entretenida, Pan Am no pretende (como Mad Men) ahondar en las miserias o encrucijadas del alma humana, sino proponernos un divertido viaje en avión por el interior de un momento histórico determinado en el que todo parecía más bonito. A través de varias azafatas de la compañía que da nombre a la serie, se nos cuentan varias historias de esas que no dejan poso pero que entretienen “que tú no sabes cómo”. Con cuatro esbozos de guión, dos o tres flashbacks, y algunas pinceladas más de brillantes colores, enseguida logramos empatizar con los principales personajes (o más bien con casi todos), y rápidamente pasamos a ser pasajeros interesados de ese avión que oculta en su interior más secretos y misterios de los que se ven a simple vista. Tramas de espionaje, amores imposibles, envidias profesionales, y algo de exaltación socio-política son principalmente los temas que se nos muestran en esta, muy estimulante, introducción, donde lo que importa realmente no es descubrir la quinta esencia del ser humano ni mucho menos, sino más bien pasar un viaje agradable de “salidas, desvios y llegadas” sin demasiados altibajos. Ya que la audiencia no acompaña demasiado, esperemos que no haya demasiadas turbulencias en las próximas semanas y la serie pueda aterrizar en su destino final sin demasiados problemas.