Aunque esta gran casa sueca tiene cientos de rincones que llaman la atención y en los que inspirarnos, son la cocina y el comedor, los espacios que me parecen más espectaculares.
La casa se construyó en 1700 y fue habitada por unos monjes y aunque ha sido rehecha varias veces (la última reforma es de 1999) sigue manteniendo es precioso aire antiguo. En la cocina puede apreciarse ese encanto y eso que gran parte del mobiliario es moderno, así como los electrodomésticos.
No puedo quitarle los ojos a las estanterías alrededor de la ventana y una mesa con tres sillas recuperadas, llena de piezas de porcelana, menuda colección! Estaría genial disponer de un espacio así, con esa luz y todos esos acabados para hacer y fotografiar mis postres de los viernes. Igual de bien estaría la cocina como la zona de comedor, rodeada de ventanas y madera blanca. Disfrutad ¡feliz martes!
Vía: svenskfast