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Goldman Sachs -uno de los pocos que salió beneficiado del 'crash' inmobiliario- está promoviendo entre grandes inversores un nuevo fondo que apuesta por la recuperación del mercado de vivienda.
Nueva York.-
El hundimiento del sector inmobiliario en Estados Unidos precipitó la crisis en todo el mundo. Los precios siguen por el suelo y no está claro cuándo se producirá una recuperación, pero eso no impide a Wall Street seguir haciendo negocios.
Nada menos que el gigante de inversiones Goldman Sachs -uno de los pocos que salió beneficiado del 'crash' inmobiliario- está promoviendo entre grandes inversores un nuevo fondo que apuesta por la recuperación del mercado de vivienda.
A él se suman varios de los administradores de fondos hedge (hedge funds) que en su día especularon de forma más agresiva a favor del colapso, reseñó DPA.
No está claro que la apuesta vaya a salirles bien, porque, casi cinco años después del derrumbe, el mercado inmobiliario estadounidense continúa como un paciente en shock, cuya capacidad de volver en sí es dudosa.
Los más recientes datos estadísticos ofrecen una imagen difusa: en medio de la leve recuperación económica, el sector inmobiliario parece empezar a estabilizarse al igual que el empleo, pero no se puede hablar en absoluto de un auténtico despegue.
Las cifras
Desde la época de mayor auge en 2006, los precios de la vivienda han caído más de un 30 %. Incluso en 2011 siguieron a la baja, con un 4 %.
Los propietarios de casas siguen además bajo presión. El año pasado no se pagaron préstamos por valor de más de 150 mil millones de dólares (114 mil millones de euros) y más de 10 millones de personas deben más de lo que ahora vale su casa.
Frente a ello, las "atractivas posibilidades de inversión" con las que Goldman publicita su fondo "U.S. Housing Recovery" no suenan del todo convincentes.
Antes de que estallara la burbuja inmobiliaria en 2007, Goldman apostó a lo grande por una bajada de los precios, con lo que ganó mucho dinero. Los críticos, sin embargo, acusaron al banco de haber hecho las ganancias a costa de sus clientes.
En 2010 la Comisión del Mercado de Valores (SEC) estadounidense le aplicó una multa de 550 millones de dólares a Goldman Sachs por haber seguido vendiendo a sus clientes hipotecas que el banco ya sabía que eran de mala calidad.
Como consejero y socio de la entidad actuaba entonces el administrador de fondos de riesgo John Paulson, quien también vuelve a apostar ahora por las inversiones que durante la crisis financiera envenenaron tantos fondos y llevaron a los mercados al borde del colapso.
Y al grupo se suman otros personajes polémicos: el texano Kyle Bass, administrador de hedge funds y Greg Lippmann, el ex corredor estrella del Deutsche Bank.
En sus planes, los especuladores cuentan con un poderoso apoyo, el de la Reserva Federal (Fed), que desde 2008 gasta miles de millones en compras de acciones respaldadas por hipotecas para animar el mercado.
Sin embargo, la política de extrema expansión monetaria que mantiene la Fed no será ampliada por el momento.