A Paquita
Fue cumplidos los 50, cuando llegaron sus miedos acomplejada ante el mundo por su falta de recuerdos... Señora que siempre andaba con su gente en la cabeza... Ella casi sin saberlo, del mundo quedaba fuera esposa madre y abuela, luchadora, mujer buena... Nadie entendía que pasaba, creían que eran cosas de ella y se ahogaba en su memoria, falta de memoria eterna sin saber que al caminar, se iban borrando sus huellas.A veces en la nevera guardaba ropa planchada, y cogía el autobús sin conocer la parada... Y ella que se daba cuenta de aquella señora extraña, creía que era pasajero, que la memoria esperaba. Las lagrimas de sus ojos, de vez en cuando saltaban, y su orgullo le hacía fuerte, y muchas veces callaba... ¿ya no te acuerdas señora, de aquello que nos contabas?... Y asustada y temblorosa, decia que no se acordaba.
Estribillo tenía un cuento de su infancia que seguía en su cabeza..., capitulo de su vida, dramas de cuando la guerra, y le hacía feliz contarlo, entre lágrimas y penas siempre con la misma historia... Su vieja historia tremenda sin ser plato de buen gusto, se sentía una princesa.
Poco a poco la abandona la rueda de la fortuna y los recuerdos vividos van todos a la basura... La señora con los gestos y mirada demencial no sabe como me llamo, pero eso ya que mas da... Se olvidó de las palabras, de comer y dar caricias, y postrada en un sillon con su mirada perdida de vez en cuando parece que se despierta a la vida pero es solo un espejismo, que de pronto se hace trizas...
Estribillo tenía un cuento de su infancia que seguía en su cabeza capitulo de su vida, dramas de cuando la guerra, le hacía feliz recordarlo, entre lágrimas y penas siempre con la misma historia... Su vieja historia tremenda sin ser plato de buen gusto, se sentía una princesa.
(A mi madre Paquita, enferma de Alzheimer).
Eduardo Sánchez Bandera
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Eduardo Bandera junto a su Madre Paquita, disfrutando en una boda (hace ya unos añitos)