En la Semana 5 del Grupo de Escritura Soopbook, mi texto “La Sala Re” ganó la convocatoria y tuve que elegir el tema para la Semana 6. El tema escogido : “La Espera” …y a mí, me ha pillado en plenas vacaciones , con la pluma floja ; – )
He presentado el texto : Esperando…
“Llevo días dándole vueltas a esto de “La Espera” y no aparece nada, concreto, a lo que atacar. Varias ideas se han ido arremolinando en mi cerebro pero, solo hacían eso, arremolinarse
Cuando tienes “una idea de esas” (que tú crees magnífica), te permite explayarte y gozar al hacerlo. Es como una melodía fácil y agradable: te salen las palabras, sencillamente, y lo que escribes, te hace sentir satisfecho pero… está claro que no estoy en una de esas fases…
Las ideas siguen atropellándose, las unas a las otras, chocando y enredándose y configurando argumentos que solo entendería yo…Van locas, sin dirección…Nada me parece lo suficientemente apetecible para esta Semana6 del Grupo de Escritura.
He leído algunos artículos en Internet sobre “El Bloqueo del escritor” y he seguido casi todas las pautas para superarlo: he intentado estar siempre alerta y trabajando , he intentado beber de otras fuentes ( he mirado fotos, he leído otros blogs, he paseado por las calles, me he relajado, he puesto música, me he impuesto rutinas…) pero no he conseguido que esa palabra mágica -la primera , la que desencadena el resto- aparezca en la pantalla de mi ordenador pero… en una de esas búsquedas e investigando “La Espera” me he encontrado con algo que creo que debo compartir con todos vosotros.
He descubierto que existe “El Esperador Profesional”.
No es una broma.
Es un grupo organizado de personas especiales que se dedica a “esperar” profesionalmente. He dedicado muchas horas de investigación y he movido contactos importantes para poder conocer a uno de ellos. Es muy difícil acceder al grupo si no tienes una recomendación personal pero, finalmente, y como -favor –de- un- favor- por –otro- favor –de- un- amigo- de-un -amigo –de- mi- primo , el Esperador Profesional me ha visitado esta mañana .
He abierto la puerta a un hombre, de unos treinta y cinco años. Aspecto cuidado pero anodino. Podría ser un vecino o cualquiera de las personas con las que me tropiezo en el autobús. Me esperaba algo más espectacular. No sé yo: Un tío con una capa roja y un escudo con las letras EP bordadas en el centro y sí, confieso que en mis fabulaciones, he pensado que volaría pero… el hombrecillo era normal. Totalmente normal. La única característica remarcable era la extraña mochila que colgaba de su espalda.
-Hola, Soy el Esperador Profesional. ¿Es Usted Bypils?- me ha saludado, tendiéndome la mano.
-Hola, Esperador. Sí, yo soy Bypils y lo estaba esperando. ¿Quiere pasar?- lo he invitado a sentarse en el sofá. –Siéntese, por favor.
Con un movimiento fluido, el hombre ha sacado la mochila del hombro, la ha agitado en sentido vertical y he visto cómo se desplegaba, automáticamente, una confortable silla que ha plantado en el centro de mi salón. Ante mi mirada sorprendida, me ha explicado que los Esperadores Profesionales tienen su propia silla reglamentaria y que sólo pueden esperar en ellas. Acto seguido se ha sentado y me ha preguntado con una voz serena y paciente: ¿Qué es lo que está esperando?
-Espero a la inspiración- le he respondido esperanzada.
Se ha levantado de su silla reglamentaria y ha vuelto a plegarla: -Lo siento. Yo soy un Esperador Físico y Ud. necesita un Esperador Espiritual.
-¿Espiritual?? – Mi frustración debe haber sido tan palpable que el hombre se ha compadecido de mí y me ha dedicado unos minutos a explicarme cómo funcionan los Esperadores Profesionales.
“Para ser un Esperador Profesional, se deben cumplir tres requisitos:
1) Disponer de todo el tiempo del mundo.
2) Poseer un gran autocontrol sobre las emociones y las sensaciones.
3) Tener una paciencia infinita para asumir la desesperación.
Al igual que en otras profesiones, a los candidatos se les somete a exámenes exhaustivos para verificar estas características imprescindibles y si son confirmadas, se expide un certificado de “Personalidad Apta Para Esperador” (PAPE).
Con la obtención del PAPE, se pasa a la segunda fase. En este período, el Esperador elige su especialización. Se puede optar a dos tipos de “espera”: 1) la física y 2) la espiritual.
Los que eligen la tipología física son entrenados para esperar a alguien en un lugar concreto, para esperar un mensaje (email, teléfono, correo) o para formar parte de una cola. Saben controlar las fases de la espera de una forma magistral. Superan la leve irritación de los largos tiempos de inmovilidad y controlan que ésta crezca hasta convertirse en desesperación cuando los tiempos de espera se alargan considerablemente.
Los servicios del Esperador Profesional Físico son muy solicitados por aquellos a los que la espera los paraliza y bloquea cualquier tipo de actividad. Estos profesionales, evitan que los que no posean sus habilidades, se desesperen, esperando…
Se les requiere para conciertos y citas con Organismos Oficiales. Hay quien los deja delante de su dispositivo , de su buzón, en una sala…para que esperen la recepción de un mensaje, de una citación judicial, el resultado de un examen, o la recepción de una carta de una editorial con la respuesta al envío de un manuscrito…Ellos esperan y permiten que el cliente pueda seguir adelante con su vida, sin paralizarla por tener que esperar.
El Esperador Profesional Espiritual tiene una misión más compleja. Si se elige esta especialización es necesario pasar por un segundo examen que confirme que se tienen habilidades de detección espirituales. El que espera a la inspiración o al amor, debe saber detectar, el momento exacto en el que llega para comunicárselo a su cliente. No se sabe qué es lo que les confiere esta habilidad pero son capaces de avisar al cliente del momento concreto en que llegará lo que esperan, para que puedan situarse en el lugar correcto y esperarlo, sin desesperarse.
En estos momentos solo hay tres Esperadores Espirituales en activo. Hay muy pocas personas en el planeta que puedan detectar que se acerca el amor de tu vida, por ejemplo. O la inspiración. O la felicidad…
O la muerte.
De estos tres, sólo hay uno libre en estos momentos. Los otros dos ya han sido contratados: uno, por un anciano magnate empresarial que quiere saber cuándo va a morir para cambiar su testamento y lleva en ello quince años sin que la muerte se digne aparecer por su casa y el otro, trabaja con contrato fijo para una importante cantante del momento. La Diva ( el nombre de los clientes es confidencial), nunca pierde sus momentos de inspiración (ponerse trozos de carne como ropa, ensangrentarse, vestirse con cintas policiales…) y desde que El Esperador espera por ella, su fama ha ido creciendo exponencialmente.
Si quieres contratar al que está libre, te debes dar prisa. Corre el rumor que una actriz de Hollywood que lleva esperando muchos años al amor de su vida, le quiere hacer una oferta.”
Se ha marchado a toda prisa. Justin Bieber está en la ciudad y le llueven las ofertas para esperar en la cola de entrada al Auditorio pero… me ha dejado el e-mail del Esperador Profesional Espiritual disponible.
Tristemente, la actriz famosa se me ha adelantado…Seguiré esperando que llegue la inspiración por las vías habituales.
Esperando estoy…”