Está demostrado que España, además de rebeldía y voluntad de regeneración, necesita un líder que sea capaz de aunar voluntades y conseguir que todo el descontento, la indignación y la rabia afloren y consigan barrer de España el abuso, la corrupción, el mal gobierno, el poder de los miserables y otras iniquidades. No esperamos otro dictador, sino a un líder democrático, alguien querido por el pueblo y capaz de generar confianza, de sincronizar el desencanto y sustituirlo por ilusión y lucha contra el mal, que se concentra hoy en los palacios del poder político y de las élites ocultas. Sin alguien que unifique la rebeldía y encarne la indignación y el rechazo popular a la actual clase política, en general, y a los dos grandes partidos, en particular, España seguirá nadando en la corrupción y el abuso de poder que anidan en el senos de los partidos llamados "de gobierno", culpables de haber hecho de España una pocilga débil y arruinada. Lo defiende y explica Vanlop en su comentario, el cual, por su interés, elevamos a artículo de portada. ---
Nos falta el método de encauzar esa rebeldía, que existe, pero que está dispersa en cada uno de los rebeldes y así no es posible hacer nada. Necesitamos algo o alguien que nos diga cómo encauzarla y entonces se mostrará completamente.
No es viable la rebeldía física. Salir a la calle a pelearse con la policía no consigue nada más que le rechazo del lanar, que bien aleccionado por los medios, se opondrá con todas sus fuerzas. Y aquí no estamos por hacer una revolución violenta, sino una revolución pacífica, como se dijo al principio de la transición, de la ley a la ley. Es decir que hay que cambiarlo todo y procesar y condenar a los traidores chorizos. Pero siempre de forma pacífica.
La democracia tiene que venir a través de la actuación firme pero pacífica. Con la violencia lo único que se consigue es cambiar de tirano y no es eso lo que queremos.
Hay varios ejemplos de actuaciones rebeldes, que no llegan a estar bien encauzadas. Uno de ellos es VOX. La gente no vota a VOX pensando en soluciones mágicas, piensa en que es un partido que tiene un discurso distinto y que puede conseguir que la democracia aparezca, aunque sea de forma parcial. Es el voto de los rebeldes al sistema, de los que queremos una democracia, de los que queremos que la casta desaparezca. Desgraciadamente hay algunos motivos que nos hacen pensar en que el gobierno de VOX es imposible y que si llegara no podrían hacer demasiado.
Creo que VOX ha llegado al techo de votos, puede conseguir unos cuantos más, pero casi se compensarán con los que se vayan. El crecimiento en escaños será a costa de la abstención. Pero eso conduce a que en lugar de 52, tengan 65, por ejemplo, pero nada sustancioso para gobernar. Sin embargo, cuantos más escaños, más puede llegar el mensaje a la gente y eso es importante.
Pero todo esto suponiendo que VOX sea un partido auténtico y no una creación de los que mandan para captar el voto descontento, algo similar a podemos. Eso se verá pronto.
El asunto del recuento de votos es algo que no podemos olvidar. De nada nos sirve votar en contra de la casta, si no existe conciencia de fraude y me da la impresión que el lanar no la tiene. Así que si bien nadie menciona el fraude y no digo el presunto fraude, sino el fraude, porque se ha demostrado varias veces que lo hay, no podemos salir a demostrarlo porque a nadie le interesa, lo cual nos conduce a un sistema democrático muy curioso, en donde el 'pueblo' se desentiende de los votos, que son la base del sistema.
No es que los votos hagan la democracia, que, como vemos, se puede tener una tiranía con votos más o menos verídicos, pero sin duda, no es posible la democracia con manipulación de los votos. Pero eso no cala en el lanar y por tanto seguirá el recuento como ellos quieran. Es decir, el reparto de escaños por consenso. La casta se repartirá los escaños y por tanto el poder, en función de las necesidades de ellos.
Algo relacionado con esto, es la actitud del votante socialista y también pepero. Pensamos que el votante medio no va a tragar con la deriva sanchista, sin embargo el votante medio se ha ido transformando hasta convertirse en un sanchista convencido. Ha sido una larga evolución durante estos cuarenta años, durante los cuales, los medios han ido transformando la sociedad, de forma que el votante se ha ido adaptando a los que dicen sus dirigentes sin mayor problema y ya se empezó con el felipismo.
Algo parecido, aunque en menor escala, ha ocurrido con los peperos, han ido evolucionando hasta el casadismo sin darse o dándose cuenta, que tampoco importa mucho, pues lo que cuenta es que volverán a votar a los mismos, sin comprender que los valores que representan poco tienen que ver con los que había hace años.
Vanlop