A mí me han enseñado que en esta vida hay que tener fe, pues en los momentos de bajón, hay que agarrarse a algo para evitar caer. Hay quién pide deseos a un “diente de león”, a una estrella fugaz o la Virgen del Rocío… Pues yo por creer en algo (aunque se llame “milagro”) que no sea ¿no?
No es que yo sea una creyente acérrima o que crea en los milagros como tal (los milagros no tienen explicación ni científica ni lógica) pues todas las cosas que nos pasan tienen alguna explicación por extraña que nos parezca.
Yo creo realmente en lo de “cuando menos te lo esperas” o en “todo sucede por alguna razón”… Cada uno aplica su lógica y su teoría para entender las cosas de la vida . Todos esperamos que lo que venga en un futuro… sea mejor.
Y es que, si las cosas funcionan de esta manera, después del “palo emocional” que me han dado en lo que a relaciones se refiere… ¡Lo que venga será la leche! (y es que no va a ser difícil superarlo… peor no pudo haberlo hecho el “susodicho”) y será como si me tocase la lotería el día que aparezca “mi medio limón”.
Lo que tengo claro es que el verbo “esperar” suena fatal (esperar cansa, desgasta, desespera y cuesta mucho tener paciencia) porque implica que va para largo… A nadie le gusta esperar (y a alguien le gusta que me lo diga) y como no sabemos ni el día ni la hora en la que ocurrirá el milagro ¡Pues tampoco lo podemos programar!
Esperar un milagro… Eso suena a “cosas imposibles” ¿verdad? Y aunque estadísticamente por cada divorciada o separada se supone que tiene que haber un divorciado correspondiente… ¡Pues no, o han emigrado o aquí no hay de eso! Y si las matemáticas no fallan yo no sé que es lo que ha podido pasar! Aunque también es posible que un alto porcentaje de los divorciados “disponibles” se hayan pasado al grupo de “eternos solteros” porque no quieren volver a repetir la experiencia de pareja estable.
Y es que si una pareja rota es igual a 1+1 ¿Dónde está el que me corresponde? Está claro que más de una juega con 4 … Porque se ha llevado “mi milagro” y el de alguna de mis amigas… ¡Y te aseguro que no están los tiempos para regalar nada y menos los “milagros”!
Pues si los milagros existen yo pienso: ¿Somos nosotros un milagro para alguien? Si ése es el caso, ya os avanzo que cuando yo aparezca (y alguien me considere un milagro) que no se esperen a la Virgen María… Porque en todo caso aparezco con traje de noche y tacones de infarto… ¡Vestida para la ocasión!
¿Cómo es posible?… Ser un milagro para alguien y para otros resultar ser una condena… Un poco raro ¿no? Porque yo seguiría siendo la misma persona… En ese caso te preguntas si no habrá sido un problema de incompatibilidad o que me sucedió el milagro equivocado… o yo que sé. Pero no soy bipolar y sería la misma Rubita con mis defectos y mis virtudes. En esencia sigo siendo la misma “rubita gallega”.
Por lo que he decidido esperar la llegada de mi milagro particular y tomármelo con calma… No vaya a ser que con las prisas le robe “su milagro” a otra ¡ Y que nadie se lleve el mío! Que después vienen las broncas, las separaciones y los divorcios correspondientes. No, no, no… Aquí cada “milagro” a su tiempo.
La vida está llena de sorpresas… Algunas buenas y otras no tan buenas. Se supone que todos estamos destinados a encontrar a alguien (yo creo que no…que eso ya no se lleva ¿para qué sacrificarte por una cuando puedes estar con 40?) y a compartir los mejores momentos con ese “milagro de la naturaleza” destinado a nosotros, hecho a nuestra medida, ni más ni menos. Aunque con el tema de la Globalización y la internacionalización de los mercados… ¿No estará mi milagro en un continente equivocado?
A ver si hay alguien en la Quinta Avenida esperando en Tiffany´s a que yo llegue y me convierta en “su milagro”. ¡Pues que putada! ¿No?
Es que claro, es muy fácil dejarlo todo en manos del destino, del azar, del karma (que tiene una deuda conmigo por el daño emocional que me han hecho) y pensar que si llega el milagro… genial y si no llega pues…Tampoco pasa nada.
Nooo, ¿Qué no pasa nada? Pues sí, si pasa. Que ser creyente para nada es tontería… Aquí o me envían un milagro de 1,75, moreno y majo (si es rubio de ojos azules también lo acepto) o que se vayan olvidando de tenerme como adepta… ¡Que nadie da duros a cuatro pesetas!
En fin, que para cuando llegue el milagro os contaré como ha ido…Si ha venido en coche, en cercanías o en nave espacial… Yo ya he pedido cita en la “tienda de milagros amorosos” lo que pasa que todavía no me han dado fecha concreta (dicen que están pendientes de recibir nuevos milagros, excedentes de los corazones rotos 2014) Simplemente me han dicho: Rubita… sólo tienes que esperar.
Pues como no tengo un plan mejor… LO QUE TOCA ES ESPERAR. Y a ti, ¿SE TE OCURRE OTRO PLAN? (Y si es bueno me invitas ¿ok?)