Hablar de ti es hablar de mis sueños, de mis deseos y porqué no, de mi pasado, en el que está impregnada mi soledad, mi búsqueda por encontrarte.
Hablar de ti es unir mi realidad a mi fantasía, es conectarme a ti. Tengo tanto que decirte, tantos sueños y tan poca posibilidad de hablar de ellos.
¿Qué hago? ¿Espero? Prefiero creer que pronto abrirás los ojos, Creer que tú también me estás buscando, que estás dispuesto a escucharme, que estás ansioso como yo de formar algo nuestro.
No te conozco, y no sé que pensar de ti, sin embargo intento persuadirme, soñar, pero tu imagen a pesar de permanece junto a mi, se va desvaneciendo.
En mi cama duermes y me estremezco al tocar tu piel, después despierto. Dormir entre tus brazos y despertar sin ti se me hace imposible; sentir tus caricias y envolverme en tu cuerpo es un hábito que no quiero dejar, una terrible necesidad que no hoy no sacio.
Hay momentos en los que me parece encontrarte al doblar una esquina, pues suelo confundirte entre la multitud de la ciudad vacía sin ti, y cuando creo haberte encontrado llega el desconsuelo, no estás, y grito para que vengas, y me descubro una tras otra vez buscándote en ésta fantasía sin tregua, pero logro encontrarte, no llegas a mí.
Y me siento terriblemente sola, vacía, cansada, aunque mantengo las esperanzas. Mañana será otro día, y volverá a comenzar mi búsqueda de nuevo, mi instinto me ha de llevar con certeza a ti, aunque tú te demores una eternidad.