Las panderetas llegan hasta el fútbol. Esperanza Aguirre propone celebrar la final de la Copa del Rey de fútbol a puerta cerrada para evitar los pitidos contra el himno o contra la Casa Real, por parte de los aficionados. Lamentable, no los pitidos, que para algo hay (de momento) libertad de expresión, sino querer tapar los actos que supuestamente cometerán los aficionados.Por más que escondan o tapen, el descontento hacia el Rey tras los últimos acontecimientos que le circundan es notable. Querer silenciarlo de forma totalmente abierta sí que debería ser un acto penal, y no los pitidos que tanto parecen molestar.No respetan el pan, la educación, la sanidad, los derechos, y ahora no respetan ni el circo.
Fuente:
http://politica.elpais.com/politica/2012/05/22/actualidad/1337673703_208589.html