Quizás no todo está perdido.
Quizás sólo debo esperar.
Pero…
¿A qué? ¿A quién? ¿Por qué?
¿Por ti o por mí?
¿O por ambos?
Siempre pensé que esto llegaría lejos.
Ignoré cada palabra de desaliento que me daban.
Ignoré cada mirada de rechazo.
Y esos gestos que sólo querían hacernos daños.
Pero no fueron ellos los que nos alejaron.
Tal vez fue tu forma de cerrarte con el mundo o quizás mi miedo de que me conozcas hasta lastimarme.
O ambas.
Podrían ser ambas.
Al fin y acabo éramos sólo tú y yo, nuestra relación, lo que nosotros quisimos hacer de ella.
No sé qué espero de esto, tampoco que espero de ti, menos de mí.
No sé si es tu forma de hacer que el mundo esté en calma con solo un roce de piel.
O la manera en que me haces sentir fuerte con una mirada.
O cuando me sonríes.
Me sonríes y sé que soy capaz de todo.
Estoy completa con una sonrisa.
Te espero cada día.
Cada noche.
Cada momento sin ti.
Como si fuese posible llenar un vacío.
¿Lo podrías llenar?
¿O podría llenarlo sin ti?
Cada noche te pienso.
Te pienso a ti conmigo.
Como si fueses un jardín de rosas.
y yo quisiera estar ahí cada domingo.
Quizás te espero a ti.
O te espero a ti conmigo.
Sí, podría ser eso.