Podía montarse una buena novela de espías con la historia de los tres directivos de Renault que le han vendido a China los secretos industriales del coche eléctrico que será el más revolucionario del mundo, según la compañía.
El ministro de Industria francés, Eric Besson, ha reconocido que Renault, que está controlada por su Gobierno, ha sufrido una traición en la “guerra económica” por el coche del futuro.
Los espías se vendieron a empresas chinas, en realidad el Estado chino, que ha invertido 1.100 millones de euros en la investigación de un coche eléctrico revolucionario para exportar a todo el mundo.
Renault, en colaboración con la japonesa Nissan, ha empleado en la investigación tres veces más, unos 3.300 millones de euros, que le han permitido obtener 56 patentes en espera de que se aprueben 149 más.
Los tres directivos han sido despidos. Tienen suerte, porque a mediados del siglo pasado les habrían cortado la cabeza con la guillotina. Y si el espionaje fuera al revés, los responsables chinos ya estarían fusilados.
Los directivos franceses no pueden justificarse como los antiguos espías alegando que trabajaban para el socialismo y la Dictadura del Proletariado: Pekín-Beijing es el gran explotador mundial de obreros.
Aparte del problema moral y legal que supone traicionar a la empresa a la que se le debe lealtad, el espionaje es positivo aparentemente para la humanidad al divulgar los conocimientos que facilitan el progreso.
Cuando dos grupos competidores tienen las mismas tecnologías, enseguida llegan a las demás empresas, lo que acelera su aplicación.
El problema es que sin secretos que generen beneficios, a la larga nadie investigará, y el progreso se detendrá.
La SGAE se basa en esta idea para cobrarnos el canon, pero lo que sus socios crean no le interesa prácticamente a nadie.
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Nuevamente SALAS. Apliquemos a esta crónica algunos dibujos históricos del artista. Por ejemplo, este invento que fue tan útil en tiempos heroicos, la multicopista. Su función ha cambiado:
El muy útil invento de soltar el lastre del globo aerostático:
Y el invento que viene:
Y ahora, lo que publica hoy en El Correo Gallego, que es otro invento para caminar, aunque los homínidos la crearon antes.