Revista Diario
Lo he tenido que explicar estos días alrededor de tres o cuatro veces. A estudiantes, a cirujanos, a residentes, a pacientes. Todo Cristo cuando te cuenta su operación te dice: "Me pusieron anestesia epidural". Tanto da que fuera espidural, espinal o epidural-espinal. A la señora Paca le pusieron epidural. Pero no, queridos, no. La señora Paca fue operada de unas varices y le pusieron una espinal. Y a su marido, Don Pimpón, si ella te lo cuenta, también le pusieron epidural. Pero en realidad a Don Pimpón le pusieron una epidural-espinal porque se iba a poner una prótesis de cadera. ¿Cuál es la diferencia? Si miramos el dibujito sobre estas líneas, veis que la médula espinal está recubierta de un líquido - el líquido cefalorraquídeo - que, a su vez, no se sale de su sitio porque está contenido por la duramadre (dura, para los amigos). Cuando nosotros hacemos una anestesia espinal, nos metemos con la aguja en el líquido cefalorraquídeo y bañamos la médula directamente con el fármaco que vayamos a poner. En cambio, por fuera de la dura - o sea, epidural - hay un espacio. Ese espacio milimétrico es donde se inyecta el líquido para hacer una anestesia o analgesia epidural. Como comprenderéis, el efecto de la primera es mucho mayor que el de la segunda. Pero, pero, pero...existe una tercera posibilidad que es combinar ambas técnicas (mediante un set especial) para obtener la anestesia inmediata de la espinal y poder dejar el catéter epidural para aliviar el dolor en el postoperatorio. O sea, una espinal-epidural. O viceversa.