Revista Coaching

Espíritu emprendedor e innovador, para leer y aprender

Por Tbenedetti

Andy Freire puede contar la historia de emprendedor. Corría el año 1997 cuando fundó, junto a Santiago Bilinkis, Officenet. Pasó el tiempo para que Staples se quedara con la empresa. El modelo de la compañía fue tan exitoso que le mereció que Harvard Business School decidiera publicar el proyecto como caso de estudio.
Tras su salida de Officenet, Freire continuó con su rol emprendedor y fundó Axialent, empresa que dejó en 2011. Entre las empresas en las que invirtió se encuentran Wanako (dedicada a los juegos online y adquirida por Vivendi), Coffice (servicio de café a oficinas y adquirida por Lavazza), Reed Argentina (ferias y eventos), Restorando (reservas online para restaurantes), The Mind Company (servicios de off-shoring) y Parque Austral (emprendimiento inmobiliario). Hoy preside Endeavor Argentina, la ONG que provee apoyo estratégico a los emprendedores de alto impacto.


¿Qué cuestiones mira en una empresa antes de invertir
?
En líneas generales las principales cuestiones que analizo son: la originalidad del proyecto, la capacidad que tiene de explotar una oportunidad, las posibilidades de crecimiento a futuro, la orientación del proyecto hacia el mercado correspondiente y la de los emprendedores hacia el foco del negocio, la aceptación del producto o servicio por parte del consumidor, y por último la visión sobre cómo se logrará una posición dominante que le permita al proyecto una ventaja competitiva sostenible.Sin embargo, lo fundamental es analizar al equipo emprendedor. Sus aptitudes, su determinación y su funcionamiento. Si esa variable falla, todo los demás también lo hará.

¿Cómo sabe que el producto o servicio que brinda puede tener buena repercusión en el mercado?

Si pudiese darte una respuesta determinante a esa pregunta seguramente sería elegido personaje del año por Times. Es que más allá de los estudios de mercado que haya para evaluar la aceptación del producto o servicio siempre la dificultad radica en que en abstracto se pueden llegar a tener certezas que en la práctica no se dan. Tal vez todo indica que un determinado producto es lo que el mercado necesita y se avanza, pero después hay que tener en cuenta de qué manera llegó ese producto al mercado, si el contexto se modificó, si hay otros que lo están haciendo mejor, etc.

Además lo interesante sería saber no sólo si ese producto o servicio va a tener buena repercusión en el mercado, sino si lo va a tener a lo largo del tiempo. Muchas veces las oportunidades y los marcos están en un contexto determinado y luego desaparecen. La aceptación de los mercados no es estática. Saber leer esas transformaciones es lo desafiante.

Por eso nunca lo podemos saber de modo infalible, sí podemos tener ciertos indicios que permiten intuir si tendrá o no probabilidades de éxito. Esos indicios serán mayores, cuánto más desarrollado esté el proyecto y cuántos menos signos de interrogación haya en la elaboración del plan de negocio.

 ¿Qué errores cometió y ya tiene en cuenta a la hora de apostar por una empresa?

El principal error que cometí, y lo hice reiteradas veces, fue haber relativizado la importancia de las capacidades propias del emprendedor o del grupo emprendedor. Ese es el factor determinante. Si el plan de negocios falla, si el contexto cambia, si el producto o servicio no tuvo el impacto apropiado, son todas variables que un buen emprendedor puede torcer sobre la marcha. Pero si el emprendedor no tiene herramientas para hacerlo no hay nada que hacer.

¿En qué medida tiene en cuenta el capital humano?

Los emprendimientos en los que me fue mejor, paradójicamente, no eran los mejores proyectos en si, pero sí eran los que tenían los mejores emprendedores a cargo. El factor humano es la clave de la ecuación. Pensar que un proyecto puede ser tan bueno como para que el resto de los componentes no tengan que estar a la par es un error grave.

A la hora de invertir, ¿Destina un monto grande en un solo emprendimiento o pequeñas cantidades en muchos proyectos?

Pequeñas cantidades a varios proyectos. Como invierto de forma recurrente es poco probable que destine demasiado a una sola inversión. Mi lógica -y la lógica general- es invertir montos relativamente pequeños entre 5 y 10 proyectos. En esa proporción es probable que a 4 de ellos le vaya mal, a 3 les vaya bien pero sin la rentabilidad esperada, a 2 les vaya regular y tal vez sólo uno sea un éxito contundente.

¿Cuándo es buen momento para salir del proyecto?

Creo que el mejor momento para salir es en el que sentís que tu valor agregado como inversor se acabó para ese proyecto específico. Cuando ya percibís que no podés aportar mucho más para el crecimiento del emprendimiento. Esa es la política más sana para las dos partes.

¿Qué regla de oro tiene siempre a mano?

Mi regla de oro tiene mucho que ver con lo que aprendí de mis errores. En ese sentido siempre tengo en mente que el plan de negocio dice muy poco del éxito que pueda tener un proyecto si no se lo analiza junto con el emprendedor que lo va a desarrollar. Un excelente plan, sin un buen emprendedor, no es nada más que un plan.

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