Diez días entre Camboya y Tailandia me han tenido alejada de vosotros y os pido disculpas por ello. Ha sido un viaje increíble que os iré contando poco a poco, pues la intensidad de cada día y los miles de detalles que traigo, me gustaría compartirlos con calma.
Durante el viaje me vi obligada a posponer nuestra querida regata. Su 6º cumpleaños se celebrará en otro momento, pero se celebrará. Demasiados niños y familiares esperando como cada año nuestra fiesta del deporte en la infancia. Se merecen que sigamos luchando. Contra viento y marea como siempre hacemos.
Nada ni nadie conseguirá que nos rindamos.
He vuelto con tantas experiencias positivas vividas y compartidas con amigos y profesionales, que solo puedo dar gracias por todo lo que Dios me ha dado. Suelo hacerlo a menudo, pero después de vivir intensamente tanta alegría y tanta desgracia junta, hoy además quiero agradecerlo en mi blog.
Camboya es un país maravilloso, fascinante. Los templos de Angkor son Patrimonio de la Humanidad y reciben miles de turistas cada día, llegados desde todas las partes del mundo.
Sin embargo se encuentra rodeado de minas anti personas. Aún quedan más de 6 millones sin encontrar. Miles de personas incluídos niños sufren las consecuencias de esta barbarie provocada por hombres. Hombres todos. Unos las pusieron durante varias guerras consecutivas y ahora observan impasivos como otros hombres sufren muerte y mutilacion.
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Sin embargo en Camboya se respira VIDA. Una vida llena de energía y con gente maravillosa cuya única razón de ser es luchar con creatividad e ilusión por su país. Como Sean Sammang, un taxista de TukTuk que decidió dejarlo todo y junto a su esposa fundar el orfanato Aspire. Su gran proyecto construir un centro educativo de día donde puedan escolarizar a más de 700 niños de la zona. Allí conocí a Net, pero de esto y otras historias hablaremos otro día…
Tailandia es uno de los destinos favorito de millones de turistas que no en vano buscan un lugar único en el mundo.
No solo por sus playas paradisiacas, parajes inolvidables, templos, bulliciosas calles, aguas turquesamente cristalinas y una innumerable oferta turística, sino también por encontrar ahí un pueblo guerrero, luchador y sabio, que a lo largo de su historia ha conseguido el record de ser uno de los pocos países jamás invadido por otros.
Un pueblo sin embargo hospitalario.
Grandes ciudades como Bangkok, que consigue como por arte de magia compaginar el bullicio de los coches, los mercadillos, los restaurantes, la comida callejera.. con una seguridad asombrosa y contra todo pronóstico. Quizá por eso es la llamada Ciudad de los Ángeles.
El contagioso espíritu Tai, me hace ahora afrontar la lucha aún con más ganas. Pero igual que ellos, mirando al futuro y siempre sonriendo.
Taliandia te besa, déjate besar
Seguimos luchando
Y seguiré escribiendo sobre este viaje inolvidable. Pero si mientras tanto queréis saber más sobre Tailandia os dejo este enlace. Turismo Talilandés.